Ahora contaré mis impresiones sobre el último tramo de nuestro viaje por la frontera México-Texas. Dejamos Presidio con dirección hacia las ciudades de El Paso, Texas y Ciudad Juárez (Chihuahua). Este episodio es corto, pero interesante. Al salir de Presidio (Texas) hacia el norte, tomamos la carretera 67 que nos llevaría de nuevo a la ciudad de Marfa —aquella ciudad donde pudimos apreciar, por la noche, una misteriosas luces bajo un gran cielo estrellado. En ese trayecto el paisaje estuvo dominado por montañas. Transitamos por el pueblo fantasma de Shafter, que fuera en su momento una pequeña comunidad minera donde se extraía plata, pero que actualmente se halla desolado. Pasamos por la iglesia blanca del pueblo y por la parte norte del mismo llegamos hasta Elephant Rock (Piedra de Elefante), una formación geológica interesante que tiene forma de paquidermo. Continuamos nuestro camino para pasar de nuevo por la ciudad de Marfa, donde disfrutamos de otras cervezas americanas y descansamos un poco.
Prada en Marfa y una tormenta en el camino
En medio de lo que al parecer sería una tormenta, tomamos la carretera 90 y pasamos por una base de la Fuerza Aérea estadounidense, donde pudimos ver un zepelín o dirigible utilizado para hacer labores de patrullaje en la zona y resguardar la seguridad fronteriza. Poco después llegamos a la famosa tienda Prada de Marfa, una especie de instalación permanente creada por los artistas Elmgreen y Dragset. Nos pareció muy curioso ver la tienda ahí, en medio de la nada y arreglada exactamente como un establecimiento de verdad, exhibiendo los últimos modelos de zapatos y bolsas de la lujosa marca. Esa fue toda una experiencia. Tomamos varias fotos y dejamos nuestras tarjetas de presentación en la parte de atrás de la tienda, como lo hacen algunos visitantes que posiblemente quieren dejar con eso un recuerdo de que ahí estuvieron o tal vez con el afán de atraer la buena fortuna.
Sergio y yo queríamos llegar ese mismo día a El Paso, aunque veíamos que se avecinaba una gran tormenta —que hasta resultó ser eléctrica. Llegamos entonces al poblado de Van Horn, que es la cabecera o sede del condado de Culberson. Aquí nos pasó algo muy curioso pues resultó que no había luz en aparentemente todo el pueblo. Los semáforos no servían y todos los establecimientos comerciales estaban cerrados. Me acordé mucho de lo que pasa en algunas partes de México cuando hay un “apagón” (o blackout en inglés); a veces tarda en regresar la luz y, cuando eso sucede, la región y la economía se mueren.
Fort-Hancock-El Porvenir y las guerra por el agua entre México y Estados Unidos
Salimos de Van Horn y tomamos la carretera interestatal número 10, donde empezamos a apreciar un tráfico relativamente pesado en dirección hacia la ciudad texana de El Paso. Un poco al oeste de Van Horn se encuentra el condado de Hudspeth, donde se localiza Fort Hancock y su puente internacional que conecta con El Porvenir (Chihuahua). Este fue uno de los cruces fronterizos menos transitados que visitamos en todo nuestro viaje por la frontera Texas-México. Estacionamos el automóvil con el objeto de cruzar el puente hacia el lado mexicano y observamos muy poco movimiento y solo un par de automóviles que deseaban cruzar hacia el otro lado. Lo que más me impresionó de ese lugar fue observar que el Río Bravo se encontraba prácticamente seco; solo observamos un riachuelo que no se parecía nada al ancho y caudaloso río que encontramos en la parte más al este de la frontera.
Ahí había muchas hierbas acuáticas, algas y algunas gaviotas que sobrevolaban el área de lo que se suponía debiera ser un río grande, pero que era en realidad un río muy pequeño en ese tramo. Sorprendidos por lo que vimos, preguntamos sobre la situación en esa parte del río. Las reservas de agua provenientes del Río Conchos llegan al Río Bravo en la región de Presidio, pero esta otra parte el río se nutre de la nieve que se descongela y que viene de las Montañas Rocosas o Rocky Mountains. En esta región, el agua pasa a través de varias granjas y es almacenada en la denominada Elephant Butte Reservoir en Nuevo México, antes de llegar a la zona de El Paso y el desierto del oeste de Texas. Existen canales de irrigación en ambos lados de la frontera para ayudar a la agricultura en la zona. Por lo tanto, en este tramo no le queda mucha agua al Río Bravo, y menos en épocas donde la lluvia es escasa —como cuando nosotros pasamos por ahí.
Los efectos de la sequía en varios tramos del recorrido eran evidentes, y ahí me puse a reflexionar sobre el tema del agua. El agua es un líquido vital, que por la tecnología y las recientes condiciones climáticas se empieza a hacer escaso. Para los nuevos desarrollos en el sector energético que vienen con la supuesta “revolución del Gas Shale”, por ejemplo, el agua es un ingrediente fundamental. Pero ¿cómo le van a hacer las empresas de energéticos que deseen utilizar la técnica del fracking para extraer gas en ambos lados de la frontera? En este proceso, el agua es fundamental. Y, lo más importante, creo, ¿cómo va a afectar esto a los habitantes de ambos países en condiciones climáticas que hacen relativamente más escaso este recurso? Por la manera en las que nos contestaron algunas personas a quienes preguntamos con respecto a la situación actual del Río Bravo o Río Grande, pareciera ser que los habitantes de un país culpan a los del otro por la escasez del líquido vital. Unos incluso nos dijeron que el otro país “se estaba robando el agua”. Creo entonces que la situación actual con el agua es delicada y que, en casos extremos en el futuro, podríamos hablar de nuevas guerras, ahora por un recurso estratégico que es el agua. Y es tan estratégico este recurso que, en varios círculos académicos y de gobierno, el problema del agua se ha llegado a considerar un asunto de seguridad nacional.
Los puentes del futuro
A unas cuantas millas del cruce Fort Hancok-El Porvenir se encuentra la línea que marca el comienzo del Condado del Paso, y cerca de aquí se ubican otros dos puentes internacionales: El Tornillo-Guadalupe y Fabens-Caseta. El puente internacional de El Tornillo, localizado al otro lado del poblado de Guadalupe Bravos (Chihuahua), es un proyecto muy reciente que se construye prácticamente al lado del puente de Fabens. Este proyecto, aún sin terminar, parece a simple vista un puente “hacia ningún lado”. Del lado de México, casi no vimos nada, solo algunas casas modestas, granjas pequeñas y una carretera. En lo que respecta al Río Bravo, pudimos ver incluso menos agua que en el puente Fort Hancock.
Al observar los dos puentes ubicados prácticamente uno al lado del otro, nos preguntamos si esto tenía sentido. No vimos gran movimiento ahí, y por lo tanto cuestionamos la necesidad de colocar en esa zona una nueva y moderna infraestructura aduanal para facilitar el paso de camiones comerciales. Sin embargo, podría ser que este puente se estuviera construyendo para el futuro. A lo largo de nuestro viaje por la frontera Texas-México habíamos ya visto otros proyectos nuevos de infraestructura económica y comercial que parecían desolados, pero que por los negocios y proyectos potenciales que se tienen en puerta —sobre todo en la industria de los energéticos— pudieran solo estar en espera del desarrollo que, según pronósticos, llegaría en fechas próximas con gran fuerza.
De igual manera que el puente internacional Donna-Río Bravo —localizado en el condado de Hidalgo, Texas—, El Tornillo-Guadalupe podría solo estar a la espera de las nuevas oportunidades de negocios que se derivarían de nuevas dinámicas en la frontera. Pareciera ser entonces que se están plantando los cimientos para el futuro gran desarrollo de la región fronteriza México-Estados Unidos, y proyectos como los del puente internacional El Tornillo-Guadalupe quizá formarán parte de una nueva dinámica de crecimiento económico e intercambio comercial fronterizos. En este caso específico, y en la medida en que el sector maquilador y otras industrias estratégicas se expandan en Ciudad Juárez, podría ser rentable y conveniente transportar las mercancías por vías alternas —cerca de los ya muy congestionados puentes de El Paso-Ciudad Juárez.
En realidad, se planea cerrar el puente internacional de Fabens una vez que El Tornillo esté terminado. Sin embargo, actualmente pareciera haber un pequeño problema. Al tiempo de nuestra visita a la frontera en junio de 2013, la construcción en el lado americano parecía estar solo a la mitad, mientras que del lado mexicano las obras no habían siquiera comenzado. Se planeaba abrir el puente en diciembre de ese año, pero no fue posible. No obstante este retraso —y pensando en las mayores inversiones que seguramente se concretarán en la frontera Texas-México puesto que ya se aprobó la reforma energética— puedo pronosticar un final relativamente feliz para estos nuevos proyectos de infraestructura comercial y de transporte. Es muy probable que los proyectos que han experimentado retrasos, o que parecen olvidados por ahora, revivan en poco tiempo para atender a un nuevo modelo de desarrollo fronterizo que hace un par de años parecía imposible, dadas las condiciones de violencia que se desataron en medio de la declaración de una guerra contra la delincuencia organizada en México.