Encuentran su porvenir en las tortillas de Cuauhtémoc

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Tortillas de maíz a la espera de ser empacadas. (Estefany Galindo/Borderzine.com)

Tortillas de maíz a la espera de ser empacadas. (Estefany Galindo/Borderzine.com)

Tortillas de maíz a la espera de ser empacadas. (Estefany Galindo/Borderzine.com)

Tortillas de maíz a la espera de ser empacadas. (Estefany Galindo/Borderzine.com)

EL PASO – Una familia del norte de México se estableció en El Paso sin imaginarse que tras 20 años de vivir en Estados Unidos tratando de lograr el “sueño americano” encontrarían el éxito en las mismas tortillas que cocinaban en su viejo hogar.

Gerónimo Hernández, 49, y su esposa Bertha Alicia, 41, dejaron su ciudad natal de Cuauhtémoc, Chihuahua, en el año 1993 con el propósito de progresar económicamente. Ellos tenían un rancho donde cosechaban diversos vegetales pero apenas les rendía lo suficiente como para mantenerse. La pareja planeaba tener hijos pero sentían que era casi imposible con los ingresos que tenían. Así fue como los dos decidieron emigrar a los Estados Unidos y probar su suerte en un área en las afueras de El Paso llamada Westway.

Tortillería Cuauhtémoc. (Estefany Galindo/Borderzine.com)

Tortillería Cuauhtémoc. (Estefany Galindo/Borderzine.com)

Como Gerónimo Hernández se creó trabajando en el campo, al llegar a Westway puso su propia compañía de jardinería. Al poco tiempo pudo mantener a su familia y hasta ahorrar unos centavitos.

“El trabajo de jardinería es eventual como uno que viene de rancho pues está acostumbrado, y la jardinería se basa en el clima y decide si trabaja, cuando, y como se trabaja”, dijo Gerónimo Hernández.

La pareja Hernández no quería conformarse solamente con la jardinería porque esa labor no involucraba a toda la familia. Entonces emprendió otro sueño que era abrir su propia tortillería y así proveer a la gente de un pedacito de su México ya que ellos lo extrañaban tanto.
“Nuestra ilusión era hacerle a la gente sentir como si estuviese en su ciudad natal, ya que la mayoría de nuestros clientes son gente

hispana y así no se extrañaría tanto la comida”, dijo Bertha Hernández.
Así la tortillería abrió sus puertas en Junio 16, 2002 y le pusieron por nombre Tortillería Cuauhtémoc. El primer día fue realmente intrigante ya que no sabían como los iban a recibir. Para empezar con el pie derecho, el primer día regalaron un kilo de tortillas por persona.

“La gente fue muy amable desde el primer día, incluso se ofrecían a pagar su kilo de tortillas y preguntaban si el día siguiente habría más porque les había gustado mucho el producto”, dijo Bertha Hernández.

Westway, fue el lugar elegido por la familia Hernández para iniciar la tortillería porque la mayoría de la población es hispana, la renta del local era económica y como Westway no es parte del condado, los impuestos son mucho más bajos.

Lo que les motivó a abrir una tortillería fue ver el éxito de su cuñado, quien era dueño de nueve locales en Alburquerque y le iba muy bien hasta que los locales se cerraron por falta de clientes.

Omar Montiel, 2, atendiendo a un cliente. La tortillería produce más de 2,000 libras de tortillas al día. (Estefany Galindo/Borderzine.com)

Omar Montiel, 2, atendiendo a un cliente. La tortillería produce más de 2,000 libras de tortillas al día. (Estefany Galindo/Borderzine.com)

Gerónimo Hernández nunca se imaginó que la tortillería tendría gran éxito. Se imaginó que sería un trabajo mucho más relajado, y resultó ser totalmente lo opuesto.

“Mi mentalidad era un tener un trabajo no tan cansado y más calmado, porque el trabajo de jardinería es un poco más duro. Y fue al revés. Trabajamos mucho más –el doble o triple– porque tenemos que tomar todos los puestos, suplir si alguien falta. Si algo va mal hay que componerlo y cosas así. Pero no cabe duda que lo queremos hacer hasta el final”, dijo Gerónimo Hernández.

Uno pensaría que hacer tortillas es de lo más fácil –solo hacer la masa y listo. Pues no, fue completamente lo opuesto porque hacer tortillas es el trabajo más detallado y difícil que puedas imaginar, dijo Bertha Hernández. Diariamente se cocinan más de 1,200 libras de maíz y 1,500 a 1,800 libras de harina. Al hacer las tortillas todo importa –la temperatura del agua, los ingredientes exactos, la mezcla. Incluso las manos que la preparan también afecta a la masa y por fin todo tiene que ser cuidadosamente  inspeccionado.

Gerónimo Hernández dijo que quiere multiplicar la producción.

Bertha Hernández confiesa que el día en la tortillería comienza muy temprano. Explica que desde hace 12 años su día comienza desde las 2:30 a.m. para preparar la producción del día y tener las tortillas listas para la distribución. Apenas hace como seis años que puede levantándose un poquito más tarde, a las 4:30 a.m.

Bertha comenta, “Todo lo que se haga bien con mucha perseverancia ya que este trabajo es a veces muy cansado, sacrificio, pero todo es posible”. De igual agregó, “No importan los sacrificios que se tengan que hacer, le agradezco a Dios que la tortillería ha mantenido una estabilidad increíble.  La gente no nos deja; siempre nos van apoyando; no nos dejan y claro en todo siempre hay luchas pero gracias que la gente no nos suelta y permanece siempre fiel podemos seguir”.

Pero la tortillería es trabajo para un equipo de 12 personas que ayudan a sacar el día incluyendo a sus tres hijos Gonzalo de 19 años, Vanessa de 16 y a Adriana de 15 años que preparan desde la masa hasta entregar a las tiendas 19 millas alrededor de la tortillería.

Confiesan que el secreto de sus tortillas se encuentra en la receta y en el amor que ellos le ponen. Bertha Hernández comenta que, “Es muy poquito conservador y muy naturales más que las demás tortillas de la competencia y son diría yo las mejores, igualadas a hechas en casa.”

Pero dice Gerónimo Hernández que no van a abrir otro local. “Por la misma razón porque queremos dar el mejor trato no queremos abrir otro local porque no darían el mismo amor a los clientes y mejor distribuir la mercancía poco más lejos porque la gente a sido muy amable y ha comprendido que las maquinas son mecánicas y a veces se descomponen y no puede haber producto”, dijo.

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