Niños huérfanos de Cuidad Juárez encuentran santuario, educación y esperanza en Rancho 3M

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CIUDAD JUAREZ – La vida estable del pequeño de 10 años, su hogar modesto, y una rutina que incluía paseos ocasionales con sus padres a Peter Piper Pizza llegaron a su fin cuando la guerra contra el narcotráfico invadió a Ciudad Juárez.

Atrapado en medio de una balacera, Juan se dejó caer debajo de una camioneta, cubriéndose los ojos. Todo se nubló a su alrededor. Cuando salió de su escondite, su padre, su madre y su hermana habían muerto.

Unas semanas después, Juan, junto con otros 12 niños, abordó un camión rumbo a Rancho 3M, un orfanato privado fundado por misioneros estadounidenses en el pueblo cercano de Guadalupe. El orfanato era la única opción para Juan, y también para los otros niños quienes habían perdido a sus padres en medio de una guerra violenta.

Rancho 3M es uno de varios orfanatos fundados en Cuidad Juárez y sus alrededores en un esfuerzo de proveer asilo a los más de 8,000 niños que han quedado huérfanos debido al alto grado de violencia que se ha esparcido en la ciudad durante los últimos cuatro años.

Rancho 3M alberga 84 niños y niñas. (Diana Arrieta/Borderzine.com)

Operando bajo la supervisión del Sistema de Desarrollo Integral de la Familia (DIF) y, apoyado financieramente por donantes privados e iglesias en los Estados Unidos, Rancho 3M refugia a 84 niños y niñas.

“Los niños que viven aquí no tienen que pasar por hambre, por falta de ropa o de un techo en donde dormir”, dice Dean Ademek, director de Rancho 3M.

Parte del cuidado y de la atención que estos niños reciben para sobreponerse del trauma, la depresión y la ansiedad incluye una serie de sesiones de psicoterapia.

“Nuestro trabajo es ayudar a prevenir cualquier situación de riesgo que pueda surgir en la vida de estos niños como resultado de las experiencias que han tenido”, dice Andrés Castillo, psicólogo, terapeuta, y consejero que trabaja para la cuidad.  “Una situación de riesgo es cualquier situación en la cual el niño se ve limitado a una respuesta positiva y eventualmente, intenta escapar por el camino equivocado que puede incluir el abuso de alcohol, de drogas, o hasta una baja autoestima.”

Esta terapia consiste de ocho a 10 sesiones que varían de acuerdo a la condición del niño.

Un profesor lee una historia antes de que se sirva la cena. (Diana Arrieta/Borderzine.com)

“Algunos de estos niños tienen la tendencia a ser introvertidos, y en unas ocasiones hasta violentos. Intentan evadir cualquier tema que les recuerde de lo que han vivido y, culpan a la sociedad de su condición”, dijo Castillo.

Proveyendo a estos niños de atención, Rancho 3M, junto con otros orfanatos de la ciudad, les ofrece la oportunidad de continuar con sus vidas.

“Trabajamos para mantener a los niños ocupados y, cosechar en ellos un buen sentido cívico para que puedan convertirse en miembros productivos de la sociedad”, dijo Ademek.  “En un típico día aquí en el rancho, los niños se levantan, tienden sus camas, limpian sus cuartos, desayunan y se van a la escuela. Después de clases, hacen sus tareas, terminan sus quehaceres y luego, tienen tiempo para jugar”.

Con 34 miembros de personal que incluyen maestros, misioneros y voluntarios de los Estados Unidos y México, Rancho 3M se ha convertido en un santuario para estos niños.

“Estoy muy agradecido de poder estar aquí”, dice Juan. “Si no fuera por este lugar, no sé en dónde estaría, tal vez en las calles. Ahora este es mi hogar, mi familia”.

Esmeralda trabaja en sus tareas antes de juagr. (Diana Arrieta/Borderzine.com)

Trabajar en equipo y entender las diferentes condiciones de estos niños es esencial para establecer este ambiente.

“Estos niños han sido lastimados profundamente entonces, es importante tomar esto en cuenta cuando uno interactúa con ellos. Trabajar aquí es algo mucho más que un simple empleo – prácticamente se necesita vivir aquí”, dijo Maricela García, maestra de inglés de Rancho 3M. “Uno se va desde ser maestra, hasta cocinera, o incluso, enfermera; hay mucho que se debe de hacer como equipo para que los niños se sientan cómodos”.

Sin embargo, mientras que es importante ayudar a estos niños a sobreponerse de sus problemas y, al mismo tiempo, ofrecerles un ambiente estable, motivarlos para que continúen sus estudios también es uno de los objetivos principales.

“Junto con el DIF, reconocemos que es extremadamente importante que estos niños continúen con su educación”, dice Ademek. “Aquí en el rancho, los niños van a la escuela de ocho de la mañana a dos de la tarde. Ellos siguen el programa de educación mexicana, pero nosotros aparte les incorporamos clases de inglés y de computación”.

Trabajando de la mano del DIF, Rancho 3M, junto con otros orfanatos de la cuidad, se esfuerzan por brindarles un rayo de luz día a día a estos niños. “Me gusta mucho vivir aquí“, dice Jenny, una pequeña de 5 años que tiene viviendo en el orfanato un año. “Me siento contenta, me siento segura”.