EL PASO — Con sólo nueve años de edad, Manola Caballero enfrentó las penurias del hambre y las imágenes de fuertes bombardeos y las ametralladoras de los aviones alemanes durante la guerra civil de España.
Exiliados españoles, Manuela Caballero y Pedro Ludeña, relataron las vicisitudes vividas antes de llegar a México. (Lourdes Cueva Chacón/Borderzine.com)
“Yo tengo muy malos recuerdos. Mi padre se fue al frente y mi madre se quedó sola, pasamos mucha hambre” dijo la española Caballero que desde 1939 hizo de México su segunda casa y país.
Caballero formó parte de la conferencia “España 1939-2009: 70 años de exilio republicano”, donde la audiencia tuvo la oportunidad de escuchar las vivencias de cuatro sobrevivientes entre los que se encontraban además de Caballero, Pedro Lureña, Rosa Tabuenca y Manuel Tabuenca.
“Nos proporcionaban judías blancas (frijoles) y una libreta de pan redonda para cuatro gentes para dos días, había que partirlo en cuatro pedazos y un pedazo era para el día” dijo Caballero.
Su madre, a quien describió como una mujer de mucho temple y coraje, luchó por mantener contacto con el padre de Caballero, quien se encontraba en el frente.
“Llegaron los franquistas a la región, mi madre nos decía: al suelo hijos, porque las balas pasaban casi rozándonos la cabeza. Camino a Figueras en la carretera los aviones alemanes —¡malditos sean! Bajaban a ametrallarnos” dijo Caballero.
Para Rosa Tabuenca, quien aún era muy niña, los recuerdos de la guerra civil quedaron mezclados entre el ruido de los bombardeos y las travesuras que ella y su hermano hacían para robar comida. “Era tanta el hambre que pasábamos que nos dedicábamos a robar, no nos querían vender nada” dijo la española quien aseguró jamás extrañar su tierra natal y sentirse mexicana de nacimiento.
Han pasado ya 70 años del exilio republicano español en donde más de medio millón de españoles se vieron forzados a huir de su país hacia Francia y África del Norte, para poder sobrevivir. México fue el país latinoamericano que mayor número de refugiados aceptó, quienes buscaron asilo para evitar la suerte que sufrieron alrededor de 150,000 ejecutados y más de medio millón de compatriotas encarcelados.
“Afirman quienes saben de estas cosas, que el generalísimo Francisco Franco acompañaba con churros y chocolate caliente la firma de las sentencias de muerte. Cobrando viejas y nuevas cuentas políticas como dice el refrán —las cuentas claras y el chocolate espeso—” dijo Luis Arturo Ramos, profesor del departamento de Escritura Creativa de la Universidad de Texas en El Paso , quien dio una parte de la conferencia y presentó a los cuatro refugiados.
Ramos explicó la importancia del apoyo que México brindó a la defensa de la democracia española ante lo que él llamó el “cobarde silencio internacional” de los países que dejaron morir solas a las milicias españolas.
Conmovidos, los hermanos Manuel y Rosa Tabuenca expresaron su agradecimiento a México. (Lourdes Cueva Chacón/Borderzine.com)
“Llegamos el 24 de junio de 1939, su servidor y muchos otros que ya no están aquí , con 2 800 refugiados españoles. Nos desparramamos por el puerto de Veracruz , donde quiera nos gritaban ‘!Paisano ven!’ Y nos ofrecían refrescos” dijo el señor Pedro Lurueña quien tenía 14 años cuando salió de Barcelona.
Su paisano Manuel Tabuenca quien se mostró conmovido y muchas veces las lágrimas le impidieron hablar, recordó la sorpresa que se llevó al ver el puerto más importante de México tan pequeño a comparación de el de su natal Barcelona, y del buen recibimiento que tuvieron. “Tuvimos mucha suerte de que nos atendieran tan bien. El 4 de septiembre llegamos a Chihuahua, la ciudad estaba limpísima. Llegó el 15 de septiembre y por desgracia no todos eran buenos. A nuestro refugio llegaron unas personas a apedrearnos, así pasé mi primer 15 de septiembre”.
A pesar de encontrarse con un comienzo difícil en su nuevo país y de traer con ellos los recuerdos de una guerra, todos y cada uno de los miembros del panel dijeron estar muy agradecidos con México .
“Estoy muy agradecido con el estado de Chihuahua, me case con una chihuahuense” dijo Tabuenca a lo que agregó “me emociona saber que viví en Chihuahua, tengo unos hijos maravillosos”.
“No nos olvidamos de España dijo Lurueña con expresión de dolor “España después de 40 años de sufrimiento, 40 años de mandar en España Francisco Franco, por la gracia de Dios, como decía en la monedas, hasta que murió por la gracia de Dios, es lo que me ha hecho pensar que Dios no existió”.
Que nunca olvide la historia la tragedia sufrida por los espanoles defensores de la justicia. Soy hijo de una de esas familias que lograron escapar con su piel y terminaron en la costa norte africana donde los franceses demostraron su incapacidad de fraternidad. Como tantos miles mis padres fueron utilizado como mano de obra barata. Yo naci en dicho exilio norte africano, pero recuerdo bien las peripecias que sufrieron miles de personas, y los sacrificios que hicieron para darle de comer a sus hijos.
No podemos callarnos, si la historia quiere silenciar la injusticia cometida es nuestro deber etico y moral de gritarlo al mundo entero.