Para muchos, Amazon se escribe con A de adicción 

More

Por Óscar Márquez

Hoy en día hacer compras es mucho más accesible a través del internet. No hay necesidad de ir a la tienda en persona. Puedes comprar lo que necesitas en cualquier momento y desde cualquier lugar, ya sea a bordo del tren camino al trabajo o esperando por tu sandwich a la hora del almuerzo. Pero muchas veces terminamos gastando más dinero en cosas que realmente no necesitamos.

Ese es mi caso.

Era de madrugada y recordé que me hacía falta una nueva mochila para la universidad. Decidí entrar a Amazon y ordenar una nueva. Mientras deslizaba la larga lista de opciones aparecieron sugerencias para comprar unos zapatos deportivos Nike negros.

La tentación aparece 

Después de verlos me entraron ganas de comprarlos. El deseo era tan intenso que los tuve que agregar a mi carro de compras. Yo era consciente que no era urgente comprarlos. Costaban alrededor de 100 dólares y solo tenía dinero suficiente para comprar mi mochila.

Minutos después recordé que tenía la aplicación virtual Affirm donde puedes liquidar tus préstamos en un periodo promedio entre tres meses a un año, y es tan popular su método de “compre ahora, pague después” que uno se deja llevar por la tentación. Entonces me dije, “Vamos a comprar los zapatos también”.

Esta clase de compras se califican como compulsivas, consideradas una condición adictiva y patológica, que se define cuando una persona manifiesta el urgente deseo de comprar más de lo que necesita y termina gastando mucho, inclusive el dinero que no dispone.

Un estudio publicado por el Centro Nacional de Información Biotecnológica de la National Library of Medicine, indica que 5 al 8 % de la población En Estados Unidos y Alemania es afectada por compras compulsivas.

De acuerdo con un reporte de Mental Health America del 2016 (antes de la pandemia) el 5.8% de los estadounidenses son afectados por el trastorno de compras compulsivas en sus vidas cotidianas.

¿Cómo sabemos si batallamos con esa condición?

Basado en ese reporte, si usted está de acuerdo con la mayoría de las siguientes afirmaciones podría ser considerado como un comprador compulsivo:

  • Si me sobra dinero de mi cheque de pago, debo gastarlo.
  • Otras personas me juzgarán si saben cuánto gasté.
  • Compro cosas que no puedo pagar.
  • He sobregirado mi cuenta bancaria comprando cosas que no necesito.
  • Comprar cosas me hace sentir mejor.
  • Siento ansiedad los días que hago de compras.
  • Pago apenas el mínimo de mi tarjeta de crédito, pero sigo comprando cosas.

El sistema no ayuda

 Las aplicaciones de “compra ahora y paga después” hacen nuestra lucha mucho más complicada. Debido a que esta clase de aplicaciones permiten a los consumidores distribuir sus pagos en periodos fijos y en algunas ocasiones con interés del 0%, nos convencemos de que en vez de perder, estamos “ganando”. Sabemos que no debemos gastar lo que no tenemos, pero la tentación y las facilidades de nuestro sistema de consumo capitalista nos guían a tomar un camino recurrente.

“Las personas aprendemos por condicionamiento, por la consecuencia que genera en nosotros la acción en el momento presente. Sin embargo, las compras con pagos aplazados dificultan ese aprendizaje ya que la consecuencia de nuestro comportamiento (el gasto) no es inmediata y está diferida en el tiempo”, dijo Reyes Díez, experta de Behavioral Economics del BBVA.

Personalmente ya retiré mis tarjetas de crédito de mi cuenta de Amazon. Le pido disculpas al señor Bezos. Así, cada vez que decida hacer una compra tengo que poner toda la información de mi tarjeta. Esto hace mi trabajo más difícil al momento de realizarla, dándome tiempo para reflexionar de la verdadera necesidad del objeto deseado mientras lleno la información requerida.

Definitivamente no va a ser un proceso fácil. A ver si no quedo calvo de tanto jalarme los pelos de frustración cuando me entra la tentación de hacer compras innecesarias.

Óscar Márquez es recientemente graduado en periodismo de Columbia College Chicago.

 

Comments are closed.