11. Alta infidelidad, Rosa Beltrán

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Alta infidelidad por Rosa Beltrán.

Alta infidelidad por Rosa Beltrán.

50 LIBROS/ 50 BOOKS: Mujeres y sus historias. 

“El problema de encontrar algo
es que siempre hay más de lo que se encuentra”
Rosa Beltrán

 

“Se enamoró”, dice la primera línea de esta novela, y “no pudo evitarlo”. Y es que uno no puede evitar esas cosas, por más que se intente. Alta infidelidad de la escritora mexicana Rosa Beltrán parte de la premisa de que la historia de amor está toda escrita y, sin embargo, se sigue escribiendo. El amor, ese perro del infierno como lo llamaba Bukowski, rige esta historia.

Alta infidelidad por Rosa Beltrán.

Alta infidelidad por Rosa Beltrán.

Esta es la historia de Julián, un Don Juan posmoderno, y las tres mujeres que lo rodean: Marcela, Silvina y Sabine. Esta es la historia de una y varias infidelidades. Esta es la historia de todos los amores y todas las infidelidades porque Marcela está investigando sobre Mujeres Ilustres y como todos sabemos detrás de toda mujer ilustre hay siempre un amor o un desamor. Marcela espejea su relación con Julián con aquellas que investiga. De esta manera al dilema ético de buscar o no entre las cosas del amante señas de que éste tiene otra amante, se une el dilema de actuar como voyeur ante los traspiés amorosos de quienes se investiga.

Alta infidelidad muestra una serie de referencias a figuras ilustres, obras literarias, escritores y escritoras que alguna vez estuvieron escindidos entre dos –o más– amores, que alguna vez fueron sustituidos por dos –o más– amores porque: “Eso era dejarse atrapar por el juego del descarte. Uno empieza aceptando cumplidos y más tarde tiene que aceptar ser sustituida por una carta de menor puntaje. ¿No había sido ese el caso de María Callas? ¿Y de Mia Farrow, sustituida por su propia hija adoptiva?” (43)

Pero el trabajo –y la vida– de Marcela se ven consumidos por el espacio que en su cabeza ocupan las mujeres de Julián. Sin conocerlas, sin saber si realmente existen o es todo resultado de su pasión, vive con ellas cada vez que hace el amor con Julián, cada vez que escribe de otras mujeres. ¿Y por qué Marcela no lo deja? Porque el amor es un perro del infierno, ya dije, cuando Julián la tiene en sus brazos en realidad nada importa porque “En cuanto se ven, se enfrascan en caricias frenéticas y cuando ella pretende hablar él la interrumpe” (39). Para estar juntos pareciera ser mejor no preguntar, no hablar. Ese, el silencio de la pasión se vuelve atmósfera única.

Julián, por otro lado, nos muestra su mejor y su peor lado, como lectores entendemos por qué establece relaciones así, tan llenas de pasión y tan llenas de distancia, con las tres mujeres de su vida. En esta novela nadie tiene la razón y todos tienen la razón y ello tiene que ver con la elección del narrador quien nos lleva al interior de los personajes, así sabemos qué es lo que ocurrió y qué es lo que piensan, lo que sienten, qué es lo que los mueve dentro de este tablero de conflictos amorosos. Dudas, deseos, intenciones, temores se exponen uno a uno. Esta especie de diálogo interno nos lleva a lo más íntimo, prevalece esa especie de monólogo interior de cada personaje, pareciera que el diálogo es inexistente y: “He ahí el problema del amor, que es una batalla en la que uno se siente siempre el centro” (p. 76).

Alta infidelidad nos hace comprender cómo de todos los amores posibles “el más necesario es siempre el que se nos resiste” (117). Rosa Beltrán construye una novela y construye también un ensayo sobre cómo detrás del amor y detrás de la infidelidad hay mucho más de lo que imaginamos.

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