Dime qué lees (o qué no lees) y te diré quién eres

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En menos de una semana la reputación de un político mexicano se vino abajo (aunque tampoco es que la tuviera muy alta). Y todo por un asunto literario.

El precandidato a la Presidencia en México, Enrique Peña Nieto, asistió a la Feria Internacional del Libro en Guadalajara para presentar su libro México la Gran Esperanza una obra con la cual Peña Nieto pretende expresar: “hacia dónde creo que podemos transitar en los próximos años. Una obra que aborda los que, a título personal, considero los mayores desafíos, retos y oportunidades de México”[1]. Pero el mayor desafío durante este evento ocurrió al final de la presentación. Los reporteros cuestionaron a Peña Nieto cuáles eran los tres libros que cambiaron su vida, el tránsito del priísta se vino abajo. Mencionó a la Biblia, confundió a Enrique Krauze con Carlos Fuentes y le fue imposible recordar título y autor de un tercer libro.

En menos de unas horas el asunto fue por todos conocido y se comenzaron a crear chistes al respecto, El PeñaGate se convirtió en un tema en boga en las redes sociales como Twitter y Facebook. ¿Cómo es que escribió un libro de tanto alcance y que cuenta con una larga bibliografía con autores de la talla de Jesús Reyes Heroles, Carlos Fuentes, Jaime Torres Bodet, Héctor Aguilar Camín, Jorge Castañeda, y muchos más etcéteras, y no fue capaz de mencionar ni uno de estos autores? Misterio Total.

Es difícil saber si este asunto disminuirá la posibilidad de Peña Nieto en convertirse en Candidato Oficial o incluso Presidente de la República Mexicana, lo cierto es que esto hará que el resto de los candidatos lean más, o al menos se asesoren mucho mejor en materia literaria.

Tal vez, el panorama no es del todo gris, tal vez esto se convierta en un área de oportunidad para los escritores en México que bien podrían convertirse en consejeros literarios de cabecera o bien escritores fantasma de candidatos que quieren leer en México una esperanza.

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