La narcoguerrra sigue matando periodistas y la libertad de prensa mexicana

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EL PASO, Texas — Siempre disfrutó el olor de los burritos. Los prefiere de nopales con huevo, de carne deshebrada, de chile rojo y verde. Jamás imaginó que tendría que dejar el periodismo para confeccionar platillos mexicanos.

“Después de casi 30 años como reportero nunca pensé que los burritos salvarían mí vida”, dijo. Y agregó: “Aquí me vez, vendiéndolos entre mis amigos y viejos colegas”. Pero ¿Quién es este hombre?, ¿Qué motivos lo llevaron a dejar a un lado su pasión?

“Después de casi 30 años como reportero nunca pensé que los burritos salvarían mí vida”. (Sergio Ramirez/Borderzine.com)

“Después de casi 30 años como reportero nunca pensé que los burritos salvarían mí vida”. (Sergio Ramirez/Borderzine.com)

Emilio Gutiérrez Soto es uno de los dos reporteros mexicanos seleccionados este año para el Premio Internacional por la Libertad de Prensa. Un reconocimiento, que entrega la Asociación de Periodistas de Canadienses por la Libertad de Expresión (CJFE, por sus siglas en inglés).

Gutiérrez, es el primer periodista de su país que pide asilo político en los Estados Unidos, luego de ser amenazado de muerte por supuestos soldados mexicanos. Hasta mayo de 2008 trabajaba para el periódico El Diario del Noreste, en Ascensión, Chihuahua.

“Ellos (CJFE) supieron de mí caso y me nominaron, pero de verdad que yo había considerado que los otros periodistas tenían más méritos, así que nunca imaginé que me seleccionaran para este premio”, expresó Gutiérrez. Y añadió: “Son profesionales que se han visto en situaciones mucho más difíciles posiblemente que la mía y la de mi hijo”.

Según el reportero, con más de 28 años de experiencia, el lauro de CJFE le da la oportunidad de seguir insistiendo en todos los foros que sean posibles “sobre la impunidad que reina en México a raíz del gobierno de Calderón” y que afecta a las familias mexicanas.

“Hay que denunciar que de los asesinatos de mis colegas periodistas ninguno se ha resuelto. Es una vergüenza que tengamos que salir de nuestra patria para denunciar las cochinadas que se hacen contra la población y contra los comunicadores”, argumentó.

De acuerdo a estadísticas oficiales ya suman 109 periodistas asesinados, en el vecino país, desde 1983 a la fecha. Cuarenta y tres en igual cantidad de meses que lleva como presidente Felipe Calderón Hinojosa. O sea, un reportero masacrado por mes, a lo que se le suman 12, que permanecen desaparecidos.

La más reciente víctima del gremio fue Hugo Olivera Cartas, quien el pasado 7 de julio, fue encontrado muerto dentro de su automóvil en Apatzingan, estado de Michoacán. Bajo este contexto Gutiérrez y Nájera, recibirán sus lauros.

“Cada año, CJFE entrega dos premios internacionales como reconocimiento al valor y la determinación los periodistas que enfrentan muchos obstáculos para realizar su trabajo. Sobre todo a aquellos que han sido víctimas de amenazas judiciales, físicas u otras, sin embargo tienen gran dedicación para que la prensa siga siendo libre”, señaló en entrevista, la directora de CJFE, Julie Payne.

Y sumó: “El jurado estuvo integrado por periodistas reconocidos y respetados de Canadá, que estuvieron sumamente impresionados e inspirados por su trabajo. Esperamos que también el premio ayude a destacar y hacer público el tema de la falta de libertad de prensa que existe en México”.

El 16 de julio de 2008 Gutiérrez escapó de su país, junto a su hijo de 14 años. Llegó a los Estados Unidos esquivando sucesos que le han golpeado desde diciembre de 1999. Como lo sucedido en febrero de 2005 cuando sufrió amenazas por parte de altos jefes militares de su país. Situaciones que alcanzaron momento clímax el 5 de mayo de 2008 cuando unos 50 militares catearon su domicilio mientras descansaba con su hijo en Ascensión. “Solo por denunciar las arbitrariedades que están sucediendo en esta lucha inútil de Calderón contra en narcotráfico”, indicó.

Al pedir asilo político en los Estados Unidos, Gutiérrez aseguró que, “encontré la cárcel”.  “Me llevaron al corralón siete meses y días, aquí en El Paso, mientras que mi hijo estuvo dos meses”.

A inicios de 2011, Gutiérrez, debe presentarse a una Corte para confirmar si le conceden asilo político. Mientras tanto, con su Permiso de Trabajo sale a vender burritos en una comunidad olvidada del lado estadounidense de frontera. “Los vendo entre mis amistades, entre mis conocidos para sostenernos mí hijo y yo”, confesó.

El otro periodista premiado por CJFE fue Luís Horacio Nájera, quien laboró por más de una década para La Reforma, desde Ciudad Juárez. Dedicó su carrera a investigar asuntos políticos sensibles como la corrupción de gobierno, el tráfico de drogas, personas y armas.

Como venganza, fue sometido a diversas formas de intimidación en incontables ocasiones. Fue así que, en 2008, Nájera y su familia se vieron obligados a huir hasta Canadá, donde se les otorgó es estatus de refugiados en junio de 2010.

Además de Gutiérrez y Soto, estuvieron nominados a título personal Aaron Berhane, (Eritrea/Canadá), Alejandro Carrascal Carrasco (Perú), Harun Najafizada (Afganistán) Islamuddin Sajid (Pakistán), Samuel Sarr (Gambia), Brankica Stankovic (Serbia) y Magomed Toriev (Rusia). Dentro de las propuestas de manera colectiva destacaron tres reporteros de Camerún: Serge Sabouang, Robert Mintya and Bibi Ngota. Como agencias de prensas optó por el premio Free Journalist Network de Vietnam.

Los dos Premios Internacionales por la Libertad de Prensa presentados por CJFE, serán entregados el 25 de noviembre de 2010, durante la “Canadian Journalists for Free Expression Gala”, en la ciudad de Toronto. Como parte del evento, CJFE arreglará reuniones con la prensa canadiense y otras organizaciones no gubernamentales para destacar la situación por la que atraviesan los periodistas mexicanos y donde se denunciará el caso de Gutiérrez Soto.

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