Las heridas físicas y emocionales de la tortura ni se borran ni se olvidan

EL PASO — Con dolor en sus ojos y una mirada que aún denota rastros de ira, Carlos Mauricio contó a una audiencia atenta como sobrevivió 10 días de secuestro y tortura. El doloroso episodio marcó su vida para siempre y lo inspiró a compartir su historia para que casos como los de él no queden en el olvido y se pueda combatir la impunidad. “Esta no es solo la historia de un sobreviviente y víctima de tortura, es una historia de solidaridad, coraje y amor, de un individuo que paso dos semanas de su vida al borde de la muerte y que fue víctima de la injusticia y la impunidad que existía en El Salvador” le dijo recientemente a una audiencia en la Universidad de Texas en El Paso. Mauricio relata que su día comenzó como cualquier otro. Se levantó como usualmente lo hacía, se vistió y salió tranquilamente hacia su trabajo como profesor en la Universidad de El Salvador.

Navidad, Navidad, Blanca Navidad…

EL PASO — La época navideña prácticamente está a la vuelta de la esquina y como todos los años en todos los medios de comunicación empiezan a bombardearnos con comerciales y productos que debes obtener en estas fechas, haciéndonos víctimas y blancos de compañías que durante esta época decembrina se enriquecen de manera agigantada. Esto  porque  la gente al parecer tiene un gran apuro de salir y gastar hasta el último peso del aguinaldo que con el esfuerzo de todo el año lograron obtener. Recuerdo hace un mes y medio haber estado viendo la televisión cuando salió un comercial promocionando “la magia de la Navidad.” Esto me hizo pensar: ¿cuál es en realidad  la magia de la Navidad, o mejor dicho, ¿cuál es la magia de tu Navidad? Creo que este término es muy amplio y que cada persona según su situación lo interpreta de diferente manera. Para unos es un gran  regalo, para otros es un tiempo de reflexión, para otros un tiempo para estar con la familia, y para muchos otros es solo un día más.  ¿Y para ti?

War On Drugs: Exporting the Drug War

According to Anthony Placido, leader of the Drug Enforcement Administrator’s Intelligence Program, the solution to the drug problem is not going to be possible if authorities and the government pretend or believe that the consumption and trafficking of these substances will be solved with only one policy, instead, institutions need to face the idea that the problem will continue to grow.