Esta Semana Santa, líderes católicos en Pilsen hablan de la reforma migratoria

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El diácono Juan Domínguez de la iglesia St. Adalbert subrayó la importancia de la reforma migratoria para los miembros de su parroquia. (Angélica Ignacio Lasala/Borderzine.com)

El diácono Juan Domínguez de la iglesia St. Adalbert subrayó la importancia de la reforma migratoria para los miembros de su parroquia. (Angélica Ignacio Lasala/Borderzine.com)

CHICAGO — La Pascua, la fiesta más importante del calendario católico, se celebra este año el 20 de abril — un año y nueve días después de que el Cardenal Francis George publicara una declaración oficial de la Arquidiócesis de Chicago en apoyo a la reforma inmigratoria.

El propósito de esa declaración fue animar a la comunidad católica local a proponer activamente cambios legislativos y sociales. George escribió, “Ahora es el momento de reparar un sistema que no funciona”.

Para conocer la respuesta a esta solicitud —y las conexiones entre la teología católica y las realidades que enfrentan los inmigrantes— entrevistamos a tres líderes de la fe en Pilsen, un barrio con una gran población latina.

El diácono Juan Domínguez, quien ha trabajado en la iglesia St. Adalbert desde el año 1990, subrayó la importancia de la reforma migratoria para los miembros de su parroquia: “[Muchos sacerdotes estadounidenses] están apoyando a la reforma migratoria, y creo que mejorar la situación de la inmigración es bueno —es bueno para mi comunidad”.

“Así habrá menos deportaciones y menos divisiones de las familias”, continuó.

Domínguez también estableció conexiones entre las lecciones bíblicas de la Cuaresma —que precede a la Pascua— y la inmigración. “Jesucristo tuvo que emigrar a un país extraño … emigró a Egipto”, añadió. “Lo que nos queda a nosotros es luchar para que en el futuro logremos el sueño de una reforma migratoria”.

Según Domínguez, los cambios que él ha visto en sus dos décadas trabajando en Pilsen son positivos. “Esta comunidad está marchando bien”, afirmó.

Sin embargo, el optimismo sobre la comunidad católica de Pilsen no es universal.

R.P. Mark Enright, sacerdote de las parroquias St. Adalbert y St. Paul, comentó que, por lo general, “el barrio es menos católico de lo que era en el pasado”, atribuyendo este desplazamiento religioso a los cambios generacionales y demográficos.

“Los viejos son apasionadamente católicos y, en muchos casos, sus hijos son menos católicos que ellos”, dijo Enright. Además, juzgó que el aburguesamiento de Pilsen afecta a su población: “Es mi percepción … que este barrio es mucho menos el puerto de entrada para los inmigrantes como solía ser”.

A pesar del aburguesamiento, R. P. Charles W. Dahm, sacerdote que ha servido en la parroquia St. Pius V por 28 años, cree que Pilsen está mejorando por otras razones además del aburguesamiento. “Las calles están más limpias porque ahora somos más activos [políticamente] y hemos ganado más respeto de los funcionarios municipales; entonces recibimos más servicios”, expresó.

Para Dahm, la comunidad de inmigrantes —ambos dentro y afuera de Pilsen— sugiere un paralelismo profundo con la Biblia. “Jesucristo creyó claramente en dar la bienvenida a los desconocidos y foráneos, y Él lo hizo cuando dio la bienvenida a los samaritanos, quienes eran el grupo de inmigrantes [durante esta época]”.

En celebración de la Cuaresma y anticipación de la Pascua, Dahm continuó, “Predicamos mucho los domingos sobre la justicia social … y los pecados que cometemos como un pueblo”.

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