Los nombres de víctimas olvidadas se convierten en números en Juárez

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Members of the Diaz family listen UTEP officials honor the memory of Eder Diaz. (Danya Hernandez/Borderzine.com)

Members of the Diaz family listen UTEP officials honor the memory of Eder Diaz. (Danya Hernandez/Borderzine.com)

Members of the Diaz family listen UTEP officials honor the memory of Eder Diaz. (Danya Hernandez/Borderzine.com)

Members of the Diaz family listen UTEP officials honor the memory of Eder Diaz. (Danya Hernandez/Borderzine.com)

EL PASO —  Miles han muerto y mas siguen muriendo en Cd. Juárez  – 4703 personas en 2010 y en lo que va de 2011 – personas que se convierten en números dentro de los escritorios de funcionarios y los nombres se desvanecen en vaga memoria.

El primer aniversario de las muertes de Eder Díaz y Manuel Acosta, dos estudiantes de la Universidad de Texas en El Paso asesinados en Cd. Juárez,  se cumple Noviembre 2. La mayoría de los casos de víctimas en la cuidad de Juárez, terminan como casos desaparecidos.

El 29 de Octubre de 2010 se presentaba una manifestación afuera de la Universidad Autónoma de Cuidad Juárez en contra de la violencia. El público y estudiantes marchaban afuera del instituto. Entre ellos, Darío Alvarez Orrantia un estudiante de sociología lleno de energía con la inquietud de mejorar su cuidad, fue el blanco de una bala perdida de parte de la policía federal que lo dejó herido de gravedad  en la calle.

“La vida de Darío Alvarez ha cambiado. Su vida jamás va ser igual. Los civiles tienen un terror a participar en las manifestaciones, protestando la violencia,”  dijo la Dra. Selfa Chew, maestra y activista de UTEP.  “El crimen de las víctimas ejecutadas sigue sin resolver(se),” refiriéndose a el caso de Alvarez Orrantia , que sigue en las manos del Foro Común, en proceso a corte.

Menos de una semana después, Díaz y Acosta iban manejando en un Nissan Sentra 2005 rumbo a sus casas después de asistir a clases en UTEP. Los dos estudiantes se  trasladaban de UTEP a Juárez todos los días. A las 8 p.m. hombres armados asesinaron a los dos jóvenes a plena vista en la calle. Acosta murió instantemente y Díaz falleció en el hospital poco después del caso.

“No sé que decir, no más que la vida sigue. Ha sido un año muy pesado para mi familia. Para mí, Eder era mi mejor amigo y hermano. Era la única persona en la cual confiaba sea lo que sea. Y ahora encuentro memorias de él en sus amigos, el 15 de Octubre fue el cumpleaños de Eder,” dijo Sunny Díaz la hermana de Díaz.

Uno tras otro, los tres jóvenes terminaron siendo víctimas de la violencia en Cd.  Juárez. Por unas semanas, estos tres jóvenes eran ejemplo de lo peligrosa que es esta ciudad fronteriza y hasta cierto punto de los daños de las drogas. Los medios de comunicación han fallado en dar más detalles sobre las tragedias.

Los casos un año después siguen sin resolverse, y los medios siguen con otros crímenes y otras personas que caen bajo estas estadísticas que parecen interminables. Los familiares de estas víctimas, son los que se quedan con la imagen y el recuerdo de lo que ha sucedido.  “La difamación de las víctimas es una manera de sostener la supuesta legalidad de la guerra en contra de las drogas”. Con lágrimas en sus ojos contesta la Dra. Chew, “Ya ni se puede llorar por nuestros muertos”.

“Es difícil comprender porque hay tantas muertes. Como persona que ha perdido a un ser querido yo siento que los medios de comunicación le dan mucho énfasis  a los asesinatos. Por eso no se ha hecho nada en realidad para combatir el crimen organizado”, dijo una estudiante de UTEP. Su tío fue asesinado el 20 de Diciembre de 2010.

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