UTEP y El Paso son el perfecto crisol para una nueva forma de periodismo en Borderzine

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Traducido por César Silva-Santisteban

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EL PASO — Nacido en las clases de periodismo universitario, un nuevo medio de comunicación ha ganado fuerza en la cobertura de noticias locales con respecto a los tradicionales y debilitados paquetes de noticias de periódicos y estaciones de televisión, casi barridos ahora por Internet y la Gran Recesión.

Publicada por la Universidad de Texas en El Paso (UTEP) como la piedra angular de su plan de estudios de periodismo,  Borderzine.com, nuestra revista en Internet, es un buen ejemplo de este nuevo concepto mediático, que entrelaza la formación de periodistas, la cobertura local y el financiamiento gracias a organizaciones sin fines de lucro.

(Raymundo Aguirre/Borderzine.com)

(Raymundo Aguirre/Borderzine.com)

La tranferencia de algunas fuentes tradicionales de ingresos hacia Internet ha forzado a los ‘viejos’ medios de prensa a reducir su personal y su cobertura de noticias. Incluso hubo algunos que no pudieron evitar la bancarrota. Aunque mi alma mater, el Miami Herald, todavía continúa en el negocio, su editor ha anunciado que el majestuoso edificio del Herald en la Bahía de Biscayne ya fue vendido a una promotora turística malaya y, por lo tanto, el periódico deberá mudarse. (Nunca olvidaré la primera vez que entré en el vestíbulo de aquel edificio, en 1976: allí podía caber, con su sala de prensa y todo, el pequeño diario en el cual yo había trabajado hasta entonces. Me quedé sin habla cuando ingresé en ese paraíso.)

Desde que surgió Borderzine hace cuatro años, y aun más conforme fuimos impulsando su desarrollo, se me hizo evidente que estábamos creando un nuevo tipo de medio de comunicación —no financiado con suscripciones o ventas de publicidad, ni del todo financiado por donaciones—. Y pronto entendí que la universidad era la clave de su existencia y su éxito.

A diferencia de los periódicos habituales que se fabrican en las universidades, Borderzine no estuvo nunca dedicada a la cobertura de facultades o escuelas. En su lugar, se propuso galvanizar un concepto: las fronteras que a la vez separan y unen países, personas e ideas. Desde entonces, nuestra ambiciosa y única obligación ha sido, por igual, enseñar los más altos estándares del periodismo en el entorno protegido del aula y producir historias que interesaran a miles de lectores en todo el mundo.

Utilizando Internet y sus capacidades multimedia, los estudiantes de comunicación ocuparon un nuevo nicho que absorbía todos los aspectos del periodismo tradicional pero sin depender de publicidad o suscripciones, ni tampoco de filosofías particulares que tuvieran que comprometerse con el dinero de alguna subvención.

El Paso fue un perfecto enclave para este cambio. UTEP es el alma intelectual de la ciudad; vigorosamente afianza la cultura y la investigación en diversos sentidos, como no he visto que suceda con universidades de otros sitios.

En otras palabras, las noticias estuvieron a nuestro alcance y nuestros estudiantes fueron nuestro personal.

Y los lectores nos están descubriendo. Durante los sofocantes días de verano, Borderzine lanzó un proyecto multimedia llamado Mexodus, que describe el éxodo de mexicanos de clase media que tratan de huir de la anarquía y la violencia que, durante los últimos cuatro años, ha paralizado la región fronteriza de México. Unos ochenta estudiantes de periodismo, junto a sus profesores de UTEP y de otras tres universidades, trabajó durante un año en aquel proyecto, aquí y en México, y nuestros artículos, gráficos, fotografías y videos fueron asimismo publicados tanto en los medios de comunicación tradicionales de los EE.UU. como en los de México.

Con Mexodus, en el transcurso de agosto y septiembre, nuestra circulación normal aumentó a 20.470 lectores que visualizaron 37.773 páginas.

Desde luego, los medios tradicionales no han sido desplazados. De ninguna manera. Mientras esos ‘viejos’ medios de comunicación se adecúan a los nuevos conceptos mediáticos, jamás abandonan el cometido de proveer la información decisiva para asegurar nuestra forma de vida democrática. Pero el concepto Borderzine mejora y proporciona textura y también profundidad a la información dada por la ‘cultura dominante’ y los medios de comunicación no tradicionales. El par de docenas de nuevos periodistas que cada semestre ingresa a la sala de redacción de Borderzine está agregando valor la discusión pública.

Sólo puedo esperar que sientan que están ingresando al paraíso del periodismo.

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