EL PASO – Después de una campaña por organizaciones no-gubernamentales y más de un mes de estadía en un refugio para niños inmigrantes en Houston, la pequeña Heidy Frayre ha sido devuelta a su familia.
Mientras huían de la violencia en Ciudad Juárez, la pequeña junto con su tío Juan Manuel Frayre, quien permanece detenido en Chaparral, fueron aprehendidos tras buscar asilo político en los Estados Unidos. La inocente de tres años fue puesta en custodia del albergue en Houston.
Organizaciones no-gubernamentales, entre ellas Amigos de las Mujeres de Juárez, establecieron una campaña para que la pequeña fuese entregada por el gobierno de los Estados Unidos a sus familiares.
Unidas, estas instituciones pidieron a los ciudadanos mexicanos que expresaran su inconformidad mediante cartas y correos electrónicos dirigidos a la embajada de Estados Unidos en México, exigiendo al presidente Felipe Calderón que interviniera ante las autoridades migratorias de los Estados Unidos para que Heidi fuera reunida con tu tío.
“Secretaria Janet Napolitano, respetuosamente le solicitamos le conceda la libertad a Juan Manuel Frayre y a la pequeña Heidi Frayre, y les sean entregados a sus parientes de El Paso, Texas, mientras esperan información sobre sus respectivos casos de asilo político”, expresó un vocero de Amigos por las Mujeres de Juárez, en la carta redactada para la funcionaria.
De igual manera, estas entidades sin fines de lucro motivaron a los ciudadanos estadounidenses a hacer lo mismo al exigirle a Napolitano, su secretaria de Seguridad Nacional, que se entregara la niña a sus familiares.
En diciembre, la abuela de la pequeña Heidi, Marisela Escobedo Ortiz, 52, fue asesinada mientras protestaba frente al Palacio de Gobierno de Chihuahua.
Escobedo, una enfermera jubilada, pedía que se hiciese justicia y se arrestara a Sergio Rafael Barraza Bocanegra, pareja sentimental de su hija Rubí, 16. Hace casi ya tres años, en agosto del 2008, la menor fue asesinada y su cuerpo desmembrado fue encontrado nueve meses después en un lote baldío junto a los huesos de un cerdo.
“No descansaré hasta que Sergio Rafael Barraza se encuentre tras las rejas,” declaró Escobedo. Así mismo, junto con abogados del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres, logró obtener una anulación a través de un tribunal de apelaciones. Pese a que la sentencia anterior contra Barraza Bocanegra fue revocada absolviéndolo de todo cargo, un juez sentencio al asesino a 50 años de prisión. Lamentablemente, para ese entonces ya era muy tarde.
A pesar de la orden de reprehensión, Barraza Bocanegra había huido y hasta hoy no se ha dado con su paradero. Determinada, Escobedo realizó sus propias investigaciones, recorrió México y localizó a Barraza en el estado de Zacatecas, algo que las autoridades mexicanas fueron incapaces de hacer.
Tras no obtener resultado alguno, se instaló frente al palacio de gobierno para protestar, junto con miembros de la ONG, pidiendo que se hiciese justicia para su hija Rubí como para cientos de mujeres y niñas asesinadas el año anterior en el estado de Chihuahua.
Mientras la madre de Rubí cuidaba a su nieta, ahora huérfana, no hacía más que exigir justicia a las entidades federativas correspondientes ya que Barraza Bocanegra, pese a ser declarado culpable de asesinato, fue puesto en libertad después de un breve juicio oral.
“Tememos por las vidas de innumerables activistas quienes han luchado denodada e incansablemente por obtener justicia para las familias de mujeres como Rubí y Marisela,” se agregó en el documento.
El 16 de diciembre del 2010, Escobedo fue asesinada a quemarropa. De un tiro en la nuca acabaron con la sueños de una madre desconsolada así como con la trayectoria de una activista determinada.
Pese a estar de nuevo con su familia, el trauma que hasta hace apenas poco sufrió Heidi quedará marcado en su memoria por siempre. Ahora, la pequeña queda atrapada en un limbo inmigratorio junto con miles de niños huérfanos mexicanos. Ella solo preguntaba cuando podría volver a casa para poder jugar de nuevo con sus juguetes, según Luis Benjamín Lara Escobedo, director de protección del Consulado Mexicano en Houston.
Como si no hubiese sufrido suficiente el perder a sus padres y abuela en un corto plazo y ser detenida en un país extranjero sin entender lo que ocurría a su alrededor, Heidi sin duda se ha convertido en víctima y símbolo de la violencia que sigue sufriendo México.