El fútbol atrae a estudiantes internacionales al área del noreste de Tennessee

More

Traducido por Cristina Arellano

BRISTOL, Tenn. — Un grupo de jóvenes corre por el campo de fútbol en Bristol, Tennessee, gritando jugadas y palabras de aliento a los demás. Lo que están diciendo es comprensible, pero su acento no suena igual. Eso es porque este grupo de varones es un crisol de estudiantes de todo el mundo.

Muchos jóvenes de todo el mundo vienen a los Estados Unidos cada año para asistir a la universidad, una oportunidad que no es una hazaña fácil. Vienen de todas partes para proseguir su educación y experimentar el estilo de vida americano. Estos estudiantes encuentran muchas maneras, no sólo para venir, sino para darse el lujo de vivir aquí. Una de esas maneras es a través del deporte.

Los jugadores internacionales de fútbol de King College Raul Laparra, Michael Johnson, Jessus Ebanks, Tom Winspear, Danny McBride y John Simmons. Los atletas internacionales de King College dicen que las montañas y el clima del noreste de Tennessee hacen que sea un lugar ideal para asistir a la universidad. (Jennifer White y Michael Thorton/Cortesía de El Nuevo Bristol Herald Courier)

Los jugadores internacionales de fútbol de King College Raul Laparra, Michael Johnson, Jessus Ebanks, Tom Winspear, Danny McBride y John Simmons. Los atletas internacionales de King College dicen que las montañas y el clima del noreste de Tennessee hacen que sea un lugar ideal para asistir a la universidad. (Jennifer White y Michael Thorton/Cortesía de El Nuevo Bristol Herald Courier)

En el equipo masculino de fútbol de King College, los Tornados, siete de los 25 jugadores son extranjeros, y la mayoría tiene beca. Vienen de Inglaterra, Escocia, Guatemala y las Islas Caimán. Los jugadores tienen que mantener un promedio de 3.0 para permanecer en el equipo y, para algunos, para permanecer en la escuela.

Los deportes ofrecen motivación

“Esto me da un enorme incentivo para conseguir buenas notas,” dijo John Simmons, un estudiante de segundo año de Billericay, Reino Unido, que estudia historia. “Si no me va bien en clase, estaré en un avión de vuelta a casa y no podré volver.”

Para Simmons, así como algunos de los otros en el equipo, la oportunidad de jugar al fútbol en una universidad americana era la única manera de venir.

“El fútbol es la única razón por la que estoy aquí, de lo contrario estaría trabajando de 9 a 5 en Londres,” dijo Simmons. “Sin el fútbol, nunca habría siquiera pensado en venir a América, y mucho menos ser capaz de pagarlo.”

En su mayoría, fuera de los EE.UU., los deportes universitarios no son la norma. Si un atleta quiere jugar su deporte, él o ella tienen que hacerse profesional. Las universidades son más académicas y no tienen deportes en la forma que se realiza en los Estados Unidos.

“La mayoría de los estudiantes internacionales aquí son atletas,” dijo Elvin Brown, el director asistente de reclutamiento de atletas de King College.

“En Guatemala, al iniciar la universidad, tienes que decidir si quiere seguir jugando al fútbol o estudiar, porque es muy difícil hacer las dos cosas al mismo tiempo,”dijo Raúl Laparra, un estudiante de cuarto año de la Ciudad de Guatemala que se especializa en administración deportiva.

Laparra asistió a una universidad comunitaria en California, cuando llegó por primera vez a los EE.UU. hace tres años, antes de transferirse a King para terminar sus estudios. Al igual que Simmons, Laparra dice que sin el fútbol no estaría aquí.

“Además de querer jugar al fútbol,” dijo, “la beca que recibo por ello me permite quedarme aquí. Las universidades aquí son mucho más caras que en mi país y yo no podría pagarla si no fuera por mi beca.”

Las montañas de Tennessee: la ubicación ideal

¿Por qué eligieron la parte noreste de Tennessee, en vez de cualquier otro lugar del país? Este grupo muy unido de compañeros del equipo internacional parece estar de acuerdo en que las montañas y el clima hacen de la zona un lugar ideal.

“Había unas pocas áreas diferentes que me interesaban,”dijo Simmons, “pero estar entre las montañas de Tennessee sonaba de otro mundo. Las montañas nevadas en el invierno y el clima cálido y soleado durante casi todo el resto del año. ¡Me enamoré del lugar incluso antes de llegar aquí!”

En el equipo masculino de fútbol de King College, los Tornados, siete de los 25 jugadores son extranjeros y la mayoría tiene beca. Los jugadores tienen que mantener un promedio de 3.0 para permanecer en el equipo y, para algunos, para permanecer en la universidad.(Jennifer White & Michael Thorton/Cortesy of El Nuevo Bristol Herald Courier)

En el equipo masculino de fútbol de King College, los Tornados, siete de los 25 jugadores son extranjeros y la mayoría tiene beca. Los jugadores tienen que mantener un promedio de 3.0 para permanecer en el equipo y, para algunos, para permanecer en la universidad.(Jennifer White & Michael Thorton/Cortesy of El Nuevo Bristol Herald Courier)

Los entrenadores americanos buscan frecuentemente jugadores en otros países.

“Oímos hablar del deporte en los EE.UU. en una clase de educación física en la escuela y me pareció increíble,” dijo Simmons. “Un amigo y yo estábamos realmente interesados en esto, porque ir y experimentar el estilo de vida americano y jugar al fútbol, parecía algo increíble de lograr, de hecho difícil de creer.”

Simmons y su amigo encontraron una empresa en el Reino Unido que promueve atletas que están buscando irse al extranjero. Al trabajar con esa compañía, fue buscado por varios entrenadores de diferentes universidades en los Estados Unidos.

“Hasta que la idea de ser un atleta universitario surgió en la clase, nunca hubiera sabido incluso que existía la posibilidad de hacer esto,” dijo Simmons. “Sin esta oportunidad, yo no estaría en King, en América, o estudiando en la universidad.”

Los jugadores internacionales coinciden en que les gusta jugar en un equipo con tal diversidad.

“Algunos de mis amigos juegan en equipos de por aquí, pero que no son diversos internacionalmente, como nosotros,”dijo Danny McBride, un estudiante escocés de tercer año que estudia historia y ciencias políticas. “Simplemente no podría hacerlo.”

Afortunadamente para los Tornados de King, no hay demasiadas barreras idiomáticas o de acento.

“A veces estamos corriendo por el campo y alguien dice algo y todos preguntan ‘¿Qué?’ Pero no hay problema,”dijo McBride.

La mayoría del equipo es de habla inglesa, pero Laparra habla español.

“Mi mamá y mi hermana hablan inglés, pero mi papá no,”dijo Laparra. “Aprendí inglés en la escuela cuando estaba en Guatemala.”

Planes para el futuro

A Laparra le gustaría permanecer en los EE.UU., cuando termine la escuela, si es posible.

“Todavía no sé lo que quiero hacer cuando me gradúe,” dijo. ”Estoy tratando de encontrar un trabajo aquí, pero si no puedo encontrar nada, creo que voy a volver a casa.”

“Yo quiero quedarme aquí en los EE.UU.,” dijo McBride. “Si pudiera jugar al fútbol profesional aquí, sería impresionante. Si yo me quedara aquí para jugar, no sería muy difícil que me patrocinen en el proceso de solicitud para una tarjeta de residencia, que es bastante caro.”

Estos internacionales están encantados de haber tenido la oportunidad de experimentar el estilo de vida americano, y sin sus habilidades deportivas, tal vez no la tendrían.

“Esperemos que, si tengo que volver a Europa,” dijo McBride, “pueda volver aquí en unos pocos años.”

Una vez que los estudiantes extranjeros comienzan a vivir el “Sueño Americano,” tienen que encontrar una manera de pagar por ello.

Sus opciones de trabajo son limitadas cuando llegan a la universidad debido a las restricciones de VISA puestas por el gobierno. Ellos no pueden conseguir un trabajo en cualquier lugar, la única opción es trabajar en el campus.

_____

Nota del editor: Esta historia fue publicada previamente en El Nuevo Bristol Herald Courier.

Leave a Reply