La fe en el dolor: Fidencio, las cajitas y los milagros en Ciudad Juárez

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Sanjuana Delgado (César Iván Graciano/Borderzine.com)

Sanjuana Delgado (César Iván Graciano/Borderzine.com)

Sanjuana Delgado (César Iván Graciano/Borderzine.com)

Sanjuana Delgado administradora de un templo al Niño Fidencio, entra en trance para realizar las curaciones. Lo hace con los ojos cerrados guiada siempre por una ayudante. (César Iván Graciano/Borderzine.com)

CIUDAD JUÁREZ — Desde hace más de 30 años Sanjuana Delgado dedica su vida a ser “cajita” o “materia” del Niño Fidencio. Así se les llama a las curanderas de uno de los varios santos patrones que son idolatrados en el norte de México. Las cajitas o materias son aquellas personas que después de llevar una preparación mística logran “poseer el espíritu” del Niño Fidencio.

Sanjuana fundó un templo en honor a Fidencio en la colonia Francisco Villa de Ciudad Juárez, Chihuahua, lugar en el que afirma haber logrado curar a enfermos, hacer caminar inválidos y todo lo que se pueda considerar un milagro.

Usualmente en México las personas recurren a los curanderos y la medicina alternativa cuando sienten que la medicina formal llega a su límite. Hay quienes recurren a la figura de Jesús Fidencio Constantino Síntora, mejor conocido como Niño Fidencio, un joven curandero famoso en los años veinte en México, que curaba a base de dolor.

Según la tradición popular, los curanderos son quienes adquieren el poder, o la facultad, para curar. Se confía más en ellos que en los médicos. Por estas razones el Niño Fidencio se volvió una figura de idolatría popular. Luego llegó el surgimiento de las cajitas, las cuales también son figura de veneración.

¿Quién fue el Niño Fidencio?

Estampita del Niño Fidencio a la usanza de la Iglesia Católica.

Estampita del Niño Fidencio a la usanza de la Iglesia Católica.

Jesús Fidencio Constantino Síntora, nació en Irámuco, Guanajuato,  el 18 de noviembre de 1898. En 1912 Fidencio viaja a Morelia, Michoacán, donde Fidencio trabajo como empleado de cocina.  En plena Revolución Mexicana decide ir con su hermana Antonia a Loma Sola, Coahuila. Posteriormente se establece en Espinazo, Nuevo León, para trabajar en la mina de San Rafael. Es ahí en Espinazo donde comienza a realizar sus primeras curaciones.

Fidencio jamás se desarrolló sexualmente, por lo que siempre tuvo la voz aguda, fue lampiño y no tuvo relaciones sexuales, de ahí el sobrenombre de ‘Niño Fidencio’.

Su fama como curandero le otorgó el beneficio de atender al presidente Plutarco Elías Calles de un dolor en la espalda, a pesar de la fuerte cruzada que en ese momento Calles mantenía en contra el fanatismo clerical.

Fidencio era conocido por sus maneras poco ortodoxas de ejercer la medicina alternativa y curación.

Por ejemplo, una práctica común en él era el operar a sus pacientes sin anestesia y con objetos punzocortantes talescomo pedazos de vidrio o clavos, hasta sumergir en un charco de lodo a sus seguidores o bien subirse a un árbol de pirul y desde su cúspide lanzar tomates o naranjas a quienes se reunían a su alrededor ya que éstos creían que serían sanados o bendecidos si eran golpeados con dichos proyectiles.

Todas las formas de cura realizadas por Fidencio implicaban dolor físico y sufrimiento. No obstante a ello, mantenía la fe de sus seguidores. Pero también ganó detractores. Un acérrimo escéptico de esas curaciones fue el doctor Francisco Vela González, egresado de la Universidad de Harvard y en aquel entonces delegado sanitario federal.

Para intentar desenmascararlo, Vela viajó directamente a Espinazo, Nuevo León, para visitar el “campamento de enfermos” atendido por Fidencio.

Basado en su experiencia, Vela comienza a escribir artículos desfavorables para el Niño.

“Total: Fidencio es un inocente, sufre sin saberlo un padecimiento mental consistente en creerse iluminado y encargado de quitar el dolor a los que sufren”, concluyó el médico.

Después de la muerte de Fidencio ocurrida en 1938, sus seguidores formaron sobre él un aura de misticismo. Se le comenzó a venerar como a un mártir o santo.

Esta idolatría lleva a sus seguidores a crearle su propio espacio de culto: la Iglesia Fidencista Cristiana.

Las cajitas: ¿qué guardan?

Sanjuana Delgado mantiene y administra uno de los dos templos en honor al Niño Fidencio que operan en Ciudad Juárez. Ella y Francisco Terán, su esposo, lo atienden desde hace 30 años.

Explica que para ser una cajita del Niño Fidencio o materia de luz, primero se tiene que pasar una serie de obstáculos o pruebas rigurosas, entre los que se encuentra el ayunar por treinta y tres días, hacer treinta y tres baños, treinta y tres penitencias y visitar siete templos. Todas esas pruebas, dice, se imponen en Espinazo, Nuevo León, en donde está el templo original de Fidencio.

En el templo local, el ritual de curación y veneración se lleva a cabo los viernes, sábados y domingos, días específicos establecidos por la regenta del lugar.

Cada vez que Sanjuana llega al templo inmediatamente se viste con ropa de satín color azul y una capa rosa. En su cabeza porta un sombrero que luce impresas las iniciales del Niño —J.J. F. S. C. —.

Una vez con los ropajes puestos, Sanjuana entra en trance. Ella realiza todas las curaciones con los ojos cerrados guiada siempre por una ayudante.

El lugar despliega un altar a Fidencio, tal y como una iglesia católica lo ofrece a Jesucristo.

Fulanita (César Iván Graciano/Borderzine.com)

Sanjuana Delgado tuvo que pasar por varias pruebas rigurosas en Espinazo, Nuevo León, en donde está el templo original de Fidencio, antes de convertirse en una cajita del Niño Fidencio o materia de luz. (César Iván Graciano/Borderzine.com)

En el ambiente se escuchan corridos y canciones de banda en honor a Fidencio. Una de estas melodías es la titulada “Palomito Blanco “, del autor Rubén Guanajuato, la cual, inclusive, está disponible en iTunes[1]:

“… Niñito Fidencio, palomito blanco
rayito de luz del Espíritu Santo
desde aquel momento que nos encontramos
como tú me amas, también yo te amo…”

Dentro del templo se respira un fuerte olor a incienso, así como un ambiente festivo y relajado. Es fácil escuchar risas y bromas entre los presentes.

Conforme los fieles al Niño Fidencio van llegando, generalmente éstos pasan con la materia para saludarla y ser bendecidos.  Otros ingresan ya sea para simplemente dar gracias por los favores recibidos o bien para ser “operados”.

Luego los ayudantes de Sanjuana le pasan un recipiente con aceite con el que soba la nuca, la espalda, el pecho (con énfasis en la zona del corazón) y las manos de los ahí presentes.

Hay quienes llegan al encuentro de rodillas y rezando plegarias a Fidencio. Otros más llevan flores y la mayoría deja su cooperación para la materia.

Sanjuana practica ese ritual cada semana con diferentes personas que profesan fielmente el culto ya sea porque han recibido algún tipo de milagro o porque simplemente han sido testigos de algunos de los favores atribuidos a este santón.

Testimonios de las curas milagrosas del Niño Fidencio.

Caso Julia Romero: levántate y anda.

“La fe es la buena”, menciona Josefina Romero, quien recuerda cuando llevó a Julia, su madre, al templo de Sanjuana hace veinte años.

Julia Romero, madre de Josefina, llegó enferma a Juárez en 1933, procedente de Canatlán, Durango, buscando ser atendida por doctores de la ciudad. Desde su llegada recibió un tratamiento médico a base de vitaminas y suplementos para obtener fuerzas. El tratamiento no surtió el efecto deseado y su salud se deterioró al paso del tiempo.

“(Mi mamá) Me dijo: ‘oye, que allá abajo hay un Niño Fidencio ¿Por qué no me llevas?’”, recuerda  así Josefina las palabras de su madre, al enterarse por algunos vecinos, de la existencia del templo a cargo de Sanjuana.

Las piernas de Julia ya no le respondían, es por eso que usaba una silla de ruedas. “La llevé la primera vez y le untaron aceites y le dieron un masaje, pero sin medicina ni nada de eso”, explica Josefina, quien llevó tres veces a su madre al templo fidencista.

Para la tercera sesión Julia ya se desplazaba por su propio pie, con el apoyo de un andador.

Fue así, “con aceite y sobadas”, como el Niño Fidencio, a través de Sanjuana (la materia), lograría que Julia Romero caminara de nuevo.

Caso Señora Gloria: “Todo lo hace El Niño”

La señora Gloria (sólo identificada así) tiene ocho años visitando el templo de Sanjuana. A partir de la recomendación de un amigo fue como llegó al lugar.

Ella asegura haber sido curada de cáncer por medio del Niño Fidencio y la ayuda de una materia. “La fe es muy grande”, asevera Gloria, convencida de que Fidencio fue quien “le puso el tratamiento en el camino”.

Recuerda como hace dos años un médico del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) le diagnosticó cáncer. Al saberse enferma se puso en manos de los médicos pero también en manos de Sanjuana y el Niño Fidencio. La materia le recetó hierbas medicinales con las que Gloria afirma haber sanado.

“Gracias a Dios me curé”, señala convencida la mujer.

Con ese evento como detonante, Gloria asegura guardarle más fe al santón que antes.  Ahora toda su familia viene en peregrinación desde Veracruz para agradecer el milagro que le hizo Fidencio.

Caso José Salomón González: “De uno al otro”.

José Salomón González afirma conocer “el camino del Niño” desde los ocho años cuando vivía en el pueblo de Chávez, Coahuila. “La primer maravilla que le conocí al Niño Fidencio fue la curación de un hermano mío”,  menciona emocionado.

A su hermano lo habían desahuciado por una enfermedad crónica que padecía. Llegó al punto de no poder caminar y tener que ser llevado al baño, rememora. “Principalmente Dios y el Niño hicieron el milagro”, enfatiza José Salomón.

De niño, él mismo contraería una enfermedad en las vías urinarias que se prolongó hasta la edad de quince años. En su casa fue tratado con yerbas medicinales.  “Fidencio me operó espiritualmente”, comenta José, quien así asegura haber sido curado de su mal físico.

Su esposa, María Patricia Hernán, sufrió una caída por lo que varios médicos afirmaron que jamás podría tener hijos. María Patricia, quien en ese tiempo era su novia, consternada le dijo que ya no se habrían de casar porque ya no podía darle hijos. Pero José, seguro de sí, le contestó: “Yo tengo un doctor que te va a curar”.

“Me arrimé al principio sin fe (…) fui con doctores y curanderas y nada pasaba, hasta que el Niño (Fidencio) me comenzó a curar”, cuenta María Patricia, quien ahora mantiene dentro de su hogar a cinco hijos.

Su matrimonio ha durado 30 años, el mismo tiempo que tiene en el camino del Niño, dice. Ambos son fieles devotos del santón y se han convencido de las maravillas que afirman haber visto. “Si supieran algo del Niño le tendrían fe”, concluye María Patricia.

Curanderos y marco jurídico

El templo regentado por los esposos Delgado, está ubicado en la colonia Francisco Villa, una zona marginal de Ciuda Juárez. (César Iván Graciano/Borderzine.com)

El templo regentado por los esposos Delgado, está ubicado en la colonia Francisco Villa, una zona marginal de Ciuda Juárez. (César Iván Graciano/Borderzine.com)

En los templos o capillas en honor al Niño Fidencio, como el que Sanjuana regenta, también se practica el curanderismo. El local se ubica en la en la calle Ocotillo #1773, de la colonia Francisco Villa, enclavada ésta en una zona marginada de la ciudad.

El templo es una sucesión de cuartos adaptados para ser capilla.

El problema con los sitios en donde se practica el curanderismo es que en México no existe una legislación clara y concisa, sobre todo cuando se trata de un culto como el que se ofrece al Niño Fidencio, el cual se rinde en locales que son iglesias y a la vez lugares de sanación, advierte el abogado José Luis Contreras.

El especialista explica que sólo los médicos con cédula profesional pueden recetar medicamentos. Recetar o fingir ser un médico representan un grave delito que implica severas sanciones, advierte.

Dentro del ámbito penal se puede demandar a una persona por perjudicar la salud de un tercer implicado, aun si éste último otorga su consentimiento previo. “La mayoría de los curanderos se andan con cuidado, saben con quien pueden y no meterse”, resalta Contreras.

Otra disposición legal es que los medicamentos de origen natural, así como todo producto naturista, deben llevar impreso en sus envases una leyenda de advertencia que especifique y aclare que lo que se ingiere no es un medicamento y que quien lo tome lo hace bajo su propia y única responsabilidad.

Eso para poder evadir cualquier responsabilidaden caso de daño.  Y es que si un paciente muere o empeora por causa de charlatanería este será un delito cuya investigación y sanción corresponde al área de la justicia penal.

Culto y mercado

Sanjuana no cobra por sus servicios, pero sí solicita a los pacientesuna cooperación voluntaria. Estos donativos sirven para que el templo siga en pie y operando.

“Todo negocio que genere ingresos, como la venta de medicamento o ‘suplementos alimenticios’, deben de estar dados de alta ante Hacienda, de lo contrario se cometería fraude, un delito”, advierte al respecto Contreras.

A este respecto, cabe recordar que mientras Fidencio se dedicó a curar, éste fue investigado por un Gobierno Federal interesado por sus financias y por “su extraño comportamiento económico”.

“Originó una investigación de la iglesia y del Gobierno mexicano, los cuales intentaron buscar un fraude en sus acciones, pero, finalmente no lo encontraron”, señala Claudia Madrid en su artículo “El Niño Fidencio: Icono del curanderismo mexicano”.

Otro aspecto económico que actualmente gira en torno al culto a Fidencio es el relacionado a la venta de mercancía impresa con su nombre.

La imagen del Niño Fidencio no está protegida por derechos de copyright, por lo cual ésta puede ser divulgada y vendida sin pagar  alguna clase de impuesto.

El templo de Sanjuana tiene varias imágenes de Fidencio, incluso un maniquí con forma y disfraz del santón, pero no vende este tipo de artículos.

Éstos se pueden adquirir  en los mercados populares de la zona centro de Ciudad Juárez.

Factores psico-sociales

Dentro de las zonas rurales de México es más fácil encontrar curanderos que médicos certificados, ya que por su arraigo son una de las figuras importantes dentro de la jerarquía social creada en esos lugares. En un gran número de comunidades su figura goza de igual o hasta de mayor prestigio que los curas y párrocos de las iglesias católicas.

En la gran mancha urbana de Ciudad Juárez el curanderismo, la superchería y la charlatanería encuentran mayor eco y penetración en la zona de la periferia.

Es así como el culto a Fidencio llega a las partes con la mayor marginación y problemas socio-urbanos.

El doctor Rutilio García en su artículo “Curanderismo y magia; un análisis semiótico del proceso de sanación”, indica que “sociológicamente, el curandero desempeña un rol social de suma importancia en la comunidad. El rol se bifurca, por una parte el curandero es sujeto de respeto, mientras que por otra, infunde temor.”

En las zonas rurales es preferible el tener un curandero que puede recetar infusiones y, en algunos casos, hacer curaciones menores, señala el doctor García.

“El curandero era el medio de sanación más usado en el entorno rural ante la falta de la medicina institucional”, agrega el académico.

De acuerdo a García, las necesidades del medio rural son las que enaltecen la figura de los curanderos.

Y es así como, poco a poco, como iconos de sabiduría, los curanderos entran a las zonas urbanas.

Indica además que existe una dualidad entre los poderes de los curanderos, ya que algunos logran tener contacto divino o el poder de contactarse y recibir espíritus “buenos”  —es el caso de las materias de Fidencio— y los que usan su poder, según la gente, para hacer daño, como sería en la llamada magia negra.

Factor religioso: ¿Qué dice la Iglesia Católica al respecto?

Las creencias religiosas son una punta de lanza para el uso de los curanderos.

Aunque la iglesia fidencista se considera católica, esta última no acepta la veneración al Niño Fidencio.

En cuanto se ingresa a un templo fidencista, lo primero que se escucha es un  mensaje de bienvenida con el que se reitera que el templo es católico. Y para dar esa sensación, el lugar es adornado con varias figuras religiosas en su mayoría correspondientes al culto católico.

El doctor Rutilio García considera que las figuras religiosas que se muestran dentro de un lugar de sanación funcionan como una especie de placebo. “La imagen religiosa es usada para hacer la asociación con fuerzas divinas buenas”, apunta.

En esta frontera la Iglesia Fidencista Cristiana está registrada como una asociación religiosa. No obstante a que ambos templos fidencistas se autocalifican como católicos ninguno forma parte de la Diócesis de Ciudad Juárez.

Fernando Valle Espinoza, vicario de la Catedral de Ciudad Juárez, afirma que la iglesia católica no aprueba, pero respeta, la creencia al Niño Fidencio y su adoración como santo. “Son desvíos de la fe, de la religiosidad popular de las personas”, afirma Valle.

“Lo han desvirtuado, casi lo visten como la Virgen de Guadalupe, y luego lo ponen medio afeminado. Recordemos que en la iglesia los santos no hacen milagros”, refiere el religioso.

Añade que Fidencio no es un santo de la iglesia, sino sólo un santón más de la cultura popular mexicana, como pudieran ser Jesús Malverde o San Pascualito Bailón.

Para convertirse en santo de la Iglesia Católica, dice, existe un proceso en el que luego de morir, se debe de comprobar la virtud del sujeto propuesto para su santificación. Después de varios años se le puede venerar, luego pasará a ser un siervo de Dios, beato y por último se le canoniza.

Fidencio Constantino nunca ha sido sometido a ese proceso, afirma Valle.

“La biografía del Niño Fidencio no es muy alentadora; no es identificable”, esa es la razón, según el vicario de Catedral, por la que Fidencio no puede ser un santo. Hay que probar que las virtudes que vivió las hizo heroicamente y en el caso de Fidencio esto no ha sido comprobado, reitera.

Respecto al curanderismo que se practica en las capillas en honor al Niño Fidencio, Valle Espinoza indica que la Iglesia Católica lo reprueba.

“Ellos se salen del magisterio de la iglesia”, sentencia con firmeza.

Comenta que inclusive los matachines que danzan en su honor lo hacen por desconocimiento. “No saben hasta dónde alcanza su ignorancia, ellos dicen: le bailamos a Dios y ponen la cruz, esto y aquello… hay que vencer la ignorancia en casos como estos”, exhorta el religioso.

El futuro de las cajitas y del fidencismo en Ciudad Juárez

Sanjuana se considera una persona que ha superado la expectativa de vida promedio. Anticipa que al momento de su muerte no habrá a quien ‘heredar’ el templo en honor a Fidencio.

Incluso enferma, Sanjuana atiende a los fieles que semana a semana se reúnen para agradecerle a ella y a Fidencio todo lo bueno que les pasa. La mayoría ha encontrado en ese templo la solución divina a los problemas de sus vidas.

Sin una sustituta a futuro, resulta inevitable anticipar que algún día sus seguidores dejarán de contar con una guía espiritual, facilitadora del acercamiento a ese semidiós nacido en un pueblo del Bajío mexicano al que tanto agradecen los milagros recibidos.

La pregunta para entonces será: ¿cuál será el destino del culto a Fidencio en esta frontera cuando el templo de Sanjuana desaparezca?

5 thoughts on “La fe en el dolor: Fidencio, las cajitas y los milagros en Ciudad Juárez

  1. Disculpe aun sigue estando este templo del Niño fidencio en cd juarez?? Me urge encontrar una cajita de él!!

  2. Muy pronto estaré hay en t templo..como t me lo dijiste cuando marché de t lado.

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