El comer es cultura — estamos sacrificando la salud por la sal, el azúcar, y el sabor

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(Diana Amaro/Borderzine.com)

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EL PASO — No cabe la menor duda de que estamos viviendo en un país que se considera el primer país del primer mundo. Pero, ¿lo que comemos realmente es de primera calidad? ¿Está la FDA realmente protegiendo a los consumidores de alimentos, o la economía de las grandes compañías?

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Tampoco me cabe la menor duda de que la comida es uno de los componentes más importantes de nuestra vida. Como así lo explicaron en una rueda de conferencias, que tuvo lugar en el Rubin Center de la Universidad de Texas en El Paso,  los  Drs. Gary Paul Nabhan, Lisa Heldke, Carole Counihan y Psyche Williams-Forson donde hablaron sobre la comida y su papel en humanidades, agricultura, etnografía, géneros, razas y regiones.

La comida, según ellos es el aspecto cultural mas importante de nuestra vida desde todos los puntos de vista. Entonces, a fin de cuentas, al americano le gusta la sal, el azúcar, y el sabor, dijeron. El americano no sacrifica el sabor por la salud, sometiéndose al dominio político y al poder económico del país.

En cuestión de un mes, dos noticias alimenticias encendieron la luz roja de alerta en mi mente. Por una parte CNN hacía eco de la petición de una mamá americana de que la compañía Mars. Inc. sustituyese el colorante artificial alimenticio de los caramelos de chocolate M&M’s por colorantes de recursos naturales, al igual que se lleva a cabo en Europa.

Después de que se realizara un estudio, en el 2007, se concluyó un incremento de la hiperactividad de los niños que consumían los colorantes artificiales, los legisladores europeos propusieron que los productos alimenticios con colorantes artificiales se etiquetaran con la advertencia “puede tener efectos adversos en la actividad y la atención de los niños”, provocando esto que las compañías voluntariamente, en vez de colocar la advertencia en sus productos, sustituyeran los colorantes artificiales por los de recursos naturales.

Sin embargo, en los Estados Unidos la FDA (La Agencia de Alimentos y Medicamentos) repudió la implementación de medidas más duras contra compañías que hacen uso de los colorantes artificiales, manteniendo  que no hay resultados específicos que indiquen que los colorantes tienen efectos adversos en la salud de los seres humanos.

Por otra parte, también saltó a la luz pública otro polémico ingrediente, azodicarbonamida (también conocido como E E927), el cual fue aprobado por la FDA y es utilizado tanto como para fabricar esterillas de yoga, suelas de zapatos y en el pan que se sirve en Subway y otras panaderías.

Uno de los productos de la descomposición, derivado de la azodicarbonamida, se denomina de uretano, un reconocido carcinógeno, de acuerdo al Centro para la Ciencia del Interés Público (CSPI). Los niveles máximos permisibles de esto químicos “Suponen un pequeño riesgo para los seres humanos,” CSPI dijo.  En definitiva, los clientes de Subway han comido plástico y lo grave del caso es que FDA lo ha considerado viable.

Así que llego a la desagradable conclusión de que los ciudadanos y residentes de un país de primera categoría comen alimentos de tercera categoría. ¿A quién culpar? ¿A las organizaciones gubernamentales o a nosotros por permitirlo?

 

 

 

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