Periodista y analista político Ernesto López Portillo. (Jaime Cervantes/Borderzine.com)
EL PASO – La tesis con la que introdujo López Portillo una conferencia este pasado jueves 7 de noviembre en la Universidad de Texas en El Paso fue simple: “Más seguridad, más derechos humanos.” Pero, pese a la simplicidad de esta propuesta, dijo que llegar a implementarla en un contexto mexicano sería sumamente complejo.
El experimentado periodista y analista político López Portillo, junto con su organización Instituto Para la Seguridad y la Democracia (INSYDE) buscan promover una reforma estructural de la policía en México.
López Portillo habló, entre otras cosas, de la vieja lucha por “recontextualizar” la agenda de seguridad en México, la cual actualmente es solo “un espacio para la reducción del ejercicio de otros derechos.”
Explicó en tono reflexivo que “México presenta una transición democrática fallida…pensábamos que elecciones libres y competidas nos darían gobiernos de calidad. Pensábamos que la posibilidad que se fragmentara el poder iba a dar competencia de gobierno para generar gobiernos de calidad. Pero hoy, la noticia que tenemos es que nos ha fallado la fórmula.”
Para López Portillo, el problema de la policía y la seguridad en México radica en una profunda crisis en la política mexicana que “está generando y reproduciendo instituciones fallidas.” Esta competencia por el poder sin reglas ha desorganizado al régimen político mexicano generando así vacíos de poder y “no hay vacío de poder que no sea llenado de alguna manera,” comentó.
Parte de este desorden político es lo que se conoce en el ámbito teórico como un “desgobierno político de la seguridad.” López Portillo, quien adoptó este concepto desarrollado por el argentino Marcelo Sain, lo define como un “fenómeno según el cual los políticos que han sido elegidos para ocupar un puesto de elección popular, ceden la responsabilidad de la seguridad a los cuerpos armados civiles y militares,” es decir dejan la complejidad de la violencia y la inseguridad a juicio de la policía misma. “Y la situación es mucho más complicada,” añade Portillo, “cuando se cede la responsabilidad de la seguridad a instituciones enfermas.”
Aunado a todos estos problemas estructurales internos, López Portillo también habló de una fractura social que ha “desarticulado los mecanismos históricos de contención del conflicto.” Debido a esta fractura en las medidas informales que históricamente habían funcionado como la iglesia o la familia, ha desencadenado una “incapacidad de contener el conflicto en el país.”
De acuerdo a las estadísticas, afirmó que México es “un país en el que el 92% de los delitos no se denuncian. Un país en el que siete de cada 10 personas confía poco o nada en las instituciones policiales.”
Además de esta completa desconfianza en sus instituciones, dijo, los mexicanos presentan “la mayor desconfianza hacia el otro,” es decir hacia el ciudadano promedio. “Los círculos de confianza en México son pequeños: la familia, el compadre.” Y no solo eso, dentro de estos pequeños círculos también existe un fenómeno conocido como “familismo” que es “la justificación que se hace para violar la ley por motivos de familia.”
Debido a estos y otros complejos problemas, “la reconstrucción de la convivencia parece no ser posible sin la reconstrucción de la confianza,” concluyó López Portillo.
Cada vez se dicen más verdades y se muestran mas humanidades, esperemos se logre condensar la masa crítica de modo que estos asuntos pesen de verdad y las mejoras sean superiores.
El señor López Portillo habló de una fractura social: “se han desarticulado mecanismos históricos que paran el conflicto.” Dice que la iglesia / la familia, pueden haber desencadenado una “incapacidad de contener el conflicto en el país.” Vaya!