Entre Del Río y el Big Bend: El río Pecos, Marathon, Marfa, Alpine y las empresas del “Otro Lado”

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A thunderstorm offers a rainbown in the desert near Langtry. (Sergio Chapa/Borderzine.com)

El arcoíris luego de una tormenta de verano en el desierto cerca a Langtry. (Sergio Chapa/Borderzine.com)

La semana pasada reflexionaba sobre varios temas propios de la región que divide a México y Estados Unidos, y al final mencioné que hablar de la frontera no se trata únicamente de hablar de temas de seguridad, migración y tráfico (de drogas, armas o personas). Me doy cuenta de que la frontera es mucho más que eso. Es una región interesantísima, llena de contrastes, diversidad y paisajes hermosos. La vegetación es cambiante y muy diversa, y el clima—en algunos tramos y en algunas épocas del año—suele ser extremo. En ciertas regiones observamos grandes campos de cultivo, en otras grandes desarrollos urbanos, y en porciones importantes del recorrido pasamos incluso por el desierto. La frontera México-Estados Unidos es, en todos sus segmentos, una región fascinante, donde la belleza se intensifica por la diversidad y la complejidad de su gente y sus dinámicas de convivencia.

A thunderstorm offers a rainbown in the desert near Langtry. (Sergio Chapa/Borderzine.com)

El arcoíris luego de una tormenta de verano en el desierto cerca a Langtry. (Sergio Chapa/Borderzine.com)

La primera parte de este relato se refiere en su totalidad al lado estadounidense de la frontera, pues este es el único tramo del viaje en el cual no cruzamos hacia México en momento alguno. De la Ciudad de Del Río, Texas tomamos la carretera 90 hacia el oeste que nos llevaría a la Presa Amistad y después al parque estatal del Cañón Seminole. Nuestro destino final en esa parte del viaje sería el Parque Nacional del Big Bend. Cabe destacar que existen cerca de 250 millas entre el Cruce Internacional de la Amistad y el cruce—por río, no por puente—que conecta a Boquillas del Carmen, Coahuila con el Big Bend. En este tramo del viaje en particular, no teníamos entonces manera de pasar “al otro lado”.

El río Pecos, (the marathon 2) Marathon y las luces de Marfa

En nuestro trayecto observamos un paisaje cambiante que se tornaba cada vez más árido. El recorrido fue interesante; no vimos tanta vegetación como en otras partes y experimentamos además, una tormenta de verano. Después de la tormenta tuvimos la gran suerte de apreciar un arcoíris completo y perfecto que cruzaba la carretera de un lado al otro, y que poco después se dividiría en dos. La escena fue maravillosa. Cuando Sergio y yo observamos este tipo de cosas decimos que experimentamos unos de esos “momentos mágicos.” Después de este momento, continuamos por la carretera 90 hasta hacia el Desierto de Chihuahua, el cual se considera el desierto más extenso de toda América del Norte y abarca ambos lados de la frontera México-Estados Unidos—cubriendo gran parte de los estados de Chihuahua y Coahuila y una parte del estado de Texas, y comenzando en la región oeste del Río Pecos.

The U.S. Highway 90 bridge at the Pecos River. (Sergio Chapa/Borderzine.com)

El puente de la carretera 90 sobre el río Pecos. (Sergio Chapa/Borderzine.com)

El Río Pecos se encuentra localizado solo a unas cuantas millas del parque estatal del Cañón Seminole. Ahí tuvimos la oportunidad de ver otro atardecer espectacular y el reflejo del sol muriendo ese día sobre el agua del río. El puente que cruzaba el Río Pecos es una obra de infraestructura impresionante. Y ahí estábamos, mirando los colores rojos y naranjas de las nubes reflejados en el agua. Volteando hacia el sur, se podía ver el río Pecos desembocar en el Río Bravo con unos colores dorados espléndidos. En estos momentos de felicidad y reflexión, Sergio me contaba que por generaciones se vio a la región ubicada al “oeste de Pecos” como el inicio del Salvaje Oeste en la historia Americana del siglo diecinueve.

Manejando en una carretera derecha, atravesamos el “desierto alto” y llegamos al poblado de Sanderson que es la sede o cabecera del condado de Terrell. Sanderson es una ciudad básicamente agrícola y ganadera que se encuentra a cientos de millas alejado de otras ciudades tejanas. Al salir de la ciudad, hicimos una parada en la estación de la Patrulla Fronteriza, que parecía mucho más pequeña que otras estaciones que habíamos visto a lo largo de nuestro recorrido. Pareciera ser que el problema de la migración indocumentada en esta región es menor aquí que en otros puntos de la frontera que ya habíamos visitado, o mejor dicho, se puede pensar que menos personas tratan de cruzar la frontera por aquí sin contar con la documentación adecuada.

The historic Gage Hotel in Marathon. (Sergio Chapa/Borderzine.com)

El histórico Gage Hotel en Marathon. (Sergio Chapa/Borderzine.com)

Continuamos entonces nuestro viaje en dirección al occidente y llegamos a la bonita ciudad de Marathon que se ubica a cerca de 55 millas al oeste de Sanderson y se conoce también como la “puerta de entrada al Big Bend” (the Gateway to the Big Bend). La ciudad fue fundada en 1882 y ahora se pueden ver una serie de tiendas y restaurantes bastante curiosos—y algunos de ellos un tanto sofisticados—que contrastan con lo que habíamos visto hasta el momento en las zonas aledañas. Paramos a visitar el histórico Hotel Gage que fue construido en el año de 1927 y que parecía, como dice mi amigo, “un oasis en el desierto”, con su diseño de interiores y muebles rústicos tejanos y con su maravillosa fuente y alberca color azul turquesa. Sergio y yo nos comprometimos a regresar a ese otro “mágico lugar”—y quizás nos hospedaríamos en el Hotel Gage—para correr el maratón en Marathon, pues en el mes de octubre de cada año se organiza una carrera de poco más de 42 kilómetros que empieza y termina en esa ciudad (the marathon 2 Marathon).

Dejamos atrás la ciudad de Marathon y continuamos manejando por cerca de 30 millas hasta llegar a Alpine, Texas, donde pasaríamos la noche. Pero la noche aún no pasaba y nos dirigimos entonces a conocer, en la ciudad de Marfa, Texas, las famosísimas  “luces de Marfa”. Lo primero que hicimos en esta ciudad fue parar en un observatorio público construido precisamente para presenciar el fenómeno. La existencia de las luces de Marfa ha sido documentada durante muchos años, en realidad, por más de un siglo. Se dice que en el año de 1883, el joven vaquero Robert Reed Ellison, presenció unas luces parpadeantes y lo comentó, pensando que se trataba de indios apaches. Desde ese momento, se habla de manera general de las misteriosas luces que sólo aparecen en este lugar del planeta y cuyo origen no se conoce con exactitud.

A la fecha, no se ha encontrado una explicación convincente sobre este fenómeno. Desde el momento de su descubrimiento, se han propuesto múltiples explicaciones sobre la existencia de las luces. De acuerdo con el sitio Discovery en Español, dichas explicaciones “se extienden desde las descargas electroestáticas, gas de pantano y hasta soldados españoles fantasmales buscando oro. La explicación más aceptada, es que las luces son un espejismo causado por el aire caliente que se eleva y el aire frío que se asienta. Esto podría ampliar las luces a lo lejos y dar la impresión de que se estuvieran moviendo.”

A neon sculputre outside a home in Marfa. (Sergio Chapa/Borderzine.com)

Una escultura de neón frente a una casa en Marfa. (Sergio Chapa/Borderzine.com)

Sergio y yo tuvimos la oportunidad de ver las luces y uno de los cielos más brillantes y estrellados que se pueden ver en este mundo. Recordé muchas cosas y pensé que estábamos, de nuevo, presenciando un “momento mágico.” Las luces eran de color blanco, algunas con tonos amarillos y otras con tonos naranjas. Dejamos el observatorio y fuimos entonces a explorar los bares en la ciudad de Marfa. Este poblado localizado al oeste de Texas es considerado un lugar “funky” que atrae a una serie de artistas, punks, hipsters y hasta a personalidades de Hollywood.

Todos los bares de Marfa cierran a la media noche. Siempre me ha llamado la atención la relación que tienen los estadounidenses con el alcohol. Pienso en particular en la Era de la Prohibición y en los problemas causados por ésta. Estados Unidos me parece un país conservador en este sentido, si lo comparo con otras  naciones europeas como Alemania donde puedes ver a la gente tomando cerveza en las calles y hasta en el transporte público. Los estadounidenses, por el contrario, tienen muchas reglas relacionadas con el consumo de alcohol en las calles. Ellos parece que prefieren no tomar tanto alcohol en las calles; más bien, lo hacen en sus casas.

Disfrutando de cervezas americanas en Marfa. (Guadalupe Correa-Cabrera/Borderzine.com)

Disfrutando de cervezas americanas en Marfa. (Guadalupe Correa-Cabrera/Borderzine.com)

Pero de cualquier manera ahí estábamos, en los bares de Marfa tomando cerveza americana; yo una Bud Light y Sergio una Lone Star. La cerveza Lone Star no es popular en México; es una cerveza tejana. Parecían agradables e interesantes los bares de Marfa. Llegamos al legendario Planet Marfa, con su decoración muy peculiar del suroeste americano, sus luces de Navidad en los árboles de la parte central y un tipi o teppee, construcción que se relaciona siempre con la vivienda de los indios americanos—aunque ellos no necesariamente siempre vivieron en tipis. El tipi es más bien ahora un elemento simbólico de la cultura y la forma de vida de los indios americanos.

Pasada la media noche, Sergio y yo dimos una vuelta por la ciudad de Marfa y nos encontramos con algunos establecimientos pequeños decorados con luces de neón y con hoteles pequeños decorados de manera original, que le daban al lugar un aspecto “funky”. Y ahora que pienso en la ciudad de Marfa, me acuerdo de un monumento artístico que es como una especie de ícono en esta zona: la tienda Prada de Marfa. Esta especie de instalación permanente—creada por los artistas Elmgreen and Dragset, e inaugurada el 1ero de octubre de 2005—se sitúa como a una milla y media al noroeste de Valentine, Texas, sobre la carretera 90 (y aproximadamente a 37 millas al noroeste de Marfa).

Después de una experiencia mágica en un lugar “funky” y después de haber visto las misteriosas luces de Marfa, regresamos a la ciudad de Alpine a dormir para emprender nuestro viaje al día siguiente hacia el Parque Nacional del Big Bend. Nos levantamos temprano pues necesitábamos llegar a buena hora para cruzar al “otro lado” por el cruce fronterizo Boquillas del Carmen-Big Bend que no permanece abierto todo el día. Sobre este cruce (no puente), reabierto muy recientemente (el 10 de abril de 2013)—después de permanecer cerrado por 11 años, desde mayo de 2002—hablaré la semana siguiente.

Greetings from Alpine, Texas. (Sergio Chapa/Borderzine.com)

Saludos desde Alpine, Texas. (Sergio Chapa/Borderzine.com)

Después de desayunar en un restaurant tipo diner americano de los años cincuenta, exploramos por automóvil la ciudad de Alpine. Pudimos apreciar aquí, en una ubicación muy interesante, la Universidad Sul Russ State, un “colegio de artes liberales” (liberal arts college) cuya edificación es quizás la más importante de la ciudad. Alpine es una ciudad pequeña, bastante limpia y ordenada, donde se han establecido pequeños negocios y restaurantes de tipo tradicional y aspecto agradable. Y de ahí nos dirigimos al Big Bend, cuya visita resultó ser una experiencia única y yo diría “mágica”. El Centro de Visitantes del parque nacional quedaba a más de una hora y media de Alpine atravesando las montañas y el desierto. Este lugar para mí, es uno de los lugares más bonitos que tiene el estado de Texas.

Del otro lado de la frontera…

Desarrollo empresarial y delincuencia organizada: AHMSA y los Zetas

Y sí, hablar de la frontera no es sólo hablar de problemas, es también hablar de sus paisajes y de su belleza. En un principio, yo tenía planeado únicamente hablar de lo que vimos en este segmento del viaje: naturaleza y paisajes hermosos. En realidad aquí no experimentamos ningún problema que me hiciera reflexionar sobre los temas que más me interesan en mi profesión como académica. Esto pudo deberse quizás a que nos mantuvimos todo el tiempo en el lado americano de la frontera, pues como mencioné anteriormente, en este tramo de nuestro viaje fronterizo no había cruce internacional. No obstante, me parece muy importante hablar sobre lo que sucede del lado Mexicano de la región “mágica” que acabo de describir.

Al otro lado del tramo de la frontera que va desde la Presa Amistad hasta el Big Bend, se encuentra el estado de Coahuila, México. Coahuila es un estado norteño rico, cuya economía se ha basado históricamente en la agricultura y la ganadería. El estado de Coahuila fue por muchos años un estado relativamente estable; fue un estado que tenía con el vecino país del norte una “frontera blanca” donde nada pasaba, donde la gente se dedicaba a sus actividades con tranquilidad y en un ambiente de relativa prosperidad. Coahuila es un estado atractivo para industrias y organizaciones de todo tipo. Su riqueza en recursos naturales (minerales e hidocarburos, sobretodo) lo hace sede de empresas trasnacionales que empezaron a llegar en mayor número después de que México abriera diversas concesiones—en varios ámbitos, y sobre todo en el área de la minería—a compañías extranjeras, una vez firmado el tratado de libre comercio con América del Norte (TLCAN).

En épocas recientes, como mencioné en relatos anteriores del viaje, la frontera de Coahuila con Texas del lado mexicano dejó de ser tranquila y pacífica, es decir, dejó de ser “blanca”. Y no solo la frontera de Coahuila sino todo el estado han experimentado en los últimos años momentos de gran inestabilidad y violencia extrema localizada en diversas regiones, incluyendo las ciudades principales como Saltillo, Torreón, Monclova, Ciudad Acuña y Piedras Negras. Recientemente tenemos noticias de balaceras, asesinatos masivos, ataques a migrantes e incluso violencia en estadios de fútbol (soccer). Recordemos también que en este estado fue asesinado (en Ciudad Acuña en octubre del año pasado) José Eduardo Moreira, hijo del ex gobernador de Coahuila, Humberto Moreira. También el 7 de octubre de 2012, muere supuestamente el líder de los Zetas, Heriberto Lazcano, en un enfrentamiento con elementos de la Secretaría de Marina en la ciudad de Progreso. Sin embargo, la Procuraduría General de Justicia de Coahuila informó que un comando armado robó su cuerpo de la funeraria donde se encontraba. Lazcano fue considerado, hasta la fecha de su supuesta muerte, el segundo narcotraficante más buscado de México.

La tranquilidad se ha perdido en lo general en el estado de Coahuila, pero la prosperidad no necesariamente se ha esfumado para todos; pero sí creo que ésta se ha concentrado en los últimos años y ha cambiado de manos, por así decirlo. Como comentaba con mi colega Mario, quien también estudia y analiza los temas de frontera, pareciera ser que en últimas fechas el estado de Coahuila ha sido sede de grupos de poder dentro del mundo político, empresarial y criminal que han transformado grandemente las dinámicas económicas y de seguridad en la entidad. El otro día hablábamos de dos empresas que se han hecho muy visibles en el estado en el último lustro: Altos Hornos de México, S.A. (AHMSA) y los Zetas. Como señala Mario, “dichas empresas han crecido de la mano de gobiernos considerados corruptos, en especial en el periodo de los hermanos Moreira, y han podido expandir, de manera considerable, sus mercados y concesiones.”

El papel de AHMSA y los Zetas en la economía del estado de Coahuila parece ser fundamental y tiene mucho que ver con los temas que he estado abordando en mis relatos pasados. AHMSA es una empresa transnacional de origen mexicano que ha crecido enormemente en los últimos años. Sobre la “otra compañía”, repito lo que hoy en día se dice de manera informal: “Coahuila se escribe con Zeta”. Haciendo un recuento de los acontecimientos recientes en el noreste mexicano y en el país en general, observo patrones interesantes que relacionan de alguna manera a actores comunes en diferentes zonas de conflicto en México y no solo en la frontera. Los casos de Coahuila y Michoacán son emblemáticos en este sentido y pudieran tener más relación de lo que se ve a simple vista. Estos dos estados parecen ser lugares clave para entender los patrones de la violencia, así como los desarrollos recientes en la industria de los energéticos, el carbón, el fierro y finalmente el acero—material imprescindible para la construcción de ductos y tuberías, y clave para la industria de los hidrocarburos. El tema es complejo—así como la relación entre Michoacán y Coahuila—y es material del libro que estoy escribiendo, por lo que aquí no lo tocaré más a fondo. Sin embargo, hablar de la frontera Texas-Coahuila me lleva a reflexionar sobre estos casos complejos y, al parecer, muy relacionados.

Pero volviendo al tema de Coahuila solamente, y para finalizar este relato, me gustaría retomar mis conversaciones con Mario, así como las reflexiones de este personaje sobre las dos exitosas empresas transnacionales que mencioné anteriormente, una legal y la otra criminal, que parecen dominar ahora las dinámicas socioeconómicas de un estado violento que tiene frontera con Texas, antes “blanca” y ahora “roja” o más bien “negra”. Y hablo de la “frontera negra” por eso del carbón, que es un recurso natural muy importante, tanto para la economía del estado de Coahuila que es el estado líder en su extracción, como para AHMSA. El carbón es materia prima clave en la industria del acero y, por consiguiente, es un recurso muy importante para la industria de los hidrocarburos nacional e internacional.

El papel de Altos Hornos de México—con sede en Monclova, Coahuila—parece ser fundamental en la política y la economía, no solo de Coahuila, sino a nivel nacional dada su enorme importancia en tiempos de discusión y posible aprobación de la reforma energética. AHMSA ha sido un gran promotor de la reforma energética y ha participado de manera muy activa en los debates relacionados con la misma. Al mismo tiempo, la empresa se encuentra muy interesada en la explotación del gas de esquisto o gas shale y ha manifestado ese interés en diversas ocasiones en últimas fechas. Dos acontecimientos muy recientes relacionados con la empresa llamaron mi atención y me es preciso mencionarlos aquí para aquellos que quieran armar un rompecabezas y explicar algunos patrones económicos que podrían explicar las dinámicas de la violencia en México.

Hablando de violencia y crimen organizado, hace solo unos días aparece en la prensa nacional una noticia interesante relacionada con la acerera AHMSA y las amenazas que han recibido las empresas en ese ramo de la industria mexicana. En esta nota, Francisco Orduña, director de Relaciones Institucionales de AHMSA, admite que “las empresas acereras del país han vivido bajo las amenazas de grupos delictivos que extraen mineral de hierro ilegalmente”. No obstante estas amenazas y severos problemas financieros en años pasados, se puede constatar que la empresa se encuentra en un gran momento, alistando su regreso a la Bolsa Mexicana de Valores, tras 14 años fuera y logrando cifras record en producción y embarque. De acuerdo con las notas que aparecieron en noviembre de 2013 en la prensa mexicana, “al embarcar en octubre 325 mil toneladas de producto terminado, Altos Hornos de México estableció récord mensual durante el cual se alcanzaron nuevas marcas en producción en el área de acerías”.

Esto podría ser muy positivo para la economía del país, pero es preciso recordar que empresas como AHMSA se mueven en zonas muy violentas donde las empresas más pequeñas son sujetas de extorsión y la sociedad civil se encuentra presa del crimen organizado. ¡Bien para AHMSA¡ Me da gusto ver el rápido crecimiento de empresas mexicanas que en el discurso y teoría económica neoclásica serían los ejes generadores de empleo y crecimiento económico en la nación vecina de los Estados Unidos. Sin embargo, en el clima de violencia que vive México, parece ser que el desarrollo empresarial no ha sido parejo, siendo la mediana y pequeña empresa claramente las realmente golpeadas por la delincuencia organizada.

En el estado de Coahuila, México—que se ubica al sur de los lugares “mágicos” que describí en la primera parte de mi relato—conviven dos realidades demasiado distintas: 1) el desarrollo industrial acelerado y la bonanza de empresas transnacionales de origen mexicano como AHMSA; y 2) la violencia que afecta a la sociedad y sobre todo a los grupos más vulnerables que se encuentran a merced de empresas criminales transnacionales como los Zetas. La sociedad mexicana en estados como Coahuila parece encontrarse en un estado de impotencia en el cual las autoridades mexicanas parecen haber perdido, por momentos, el monopolio de la violencia. En este estado de violencia y delincuencia organizada van perdiendo espacio las empresas pequeñas y medianas, y este lugar lo van ocupando las grandes empresas transnacionales (las mexicanas y las extranjeras) ayudadas por otras empresas como los Zetas.

En este contexto de confusión y violencia, ciudadanos como Mario se cuestionan, hacen duras críticas al sistema, y establecen relaciones que me parece importante considerar. En Coahuila se han visto tantas cosas en fechas recientes: corrupción, el asesinato del hijo de un ex-gobernador, balaceras en un estadio de fútbol, así como el robo del cuerpo sin vida de quien fuera el segundo narcotraficante más buscado de México. En este contexto tan enrarecido y confuso, me parece válido dar voz a personas que piensan como Mario. Y termino este relato con una cita de un personaje que ve las cosas más allá de lo que dice la prensa y que cuestiona a un sistema que parece generar grandes desigualdades al interior de México y pone al país en desventaja en el exterior. Aquí va la cita de Mario donde habla de las dos empresas que operan en Coahuila, al sur de las ciudades hermosas de Marathon, Marfa y Alpine, Texas:

Gracias a las enormes redes de corrupción en Coahuila, la empresa AHMSA ha crecido de manera espectacular y se ha vuelto una depredadora de recursos naturales. Si bien no es la única empresa que hace esto Coahuila, sí es la más visible. El resto del pastel se lo reparten las múltiples empresas extranjeras en el sector minero; las canadienses predominan en el listado y directorios de concesiones. Los Zetas, por su parte, con una estrategia de sangre y miedo consiguen lo suyo. Tenemos entonces dos negocios que tienen una boyante prosperidad al mismo tiempo, y operan con el beneplácito de los gobiernos en turno.

Por lo tanto, puedo pensar que si hay una estrategia, esta es la perfecta para controlar un estado y saquear sus recursos. Me refiero a la coordinación de la Federación, Estado, empresas y criminales. Dicha estrategia contempla: i) las concesiones rápidas, ii) la inhibición de resistencias y protestas sociales, y iii) la manipulación y el control social en base a la política del miedo generada entre grupos criminales y fuerzas armadas de la Federación y el Estado.

En este contexto, la reforma energética pone a Coahuila en uno de los primeros lugares de la lista junto a Tamaulipas en materia de explotación de hidrocarburos. El carbón, el acero y el gas shale parecen ser los más atractivos. Solo falta el aval del congreso para consumar los planes del empresariado transnacional. La subcontratación del corporativo Zeta parece estar en una nueva fase. Los inversionistas se alistan y el optimismo predomina en la industria de energéticos mundial con el caso de México.

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