En la boca del lobo

Inmigrante indocumentada recibe residencia gracias a una ley para personas abusadas

CHICAGO, Illinois —María García* de 26 años, nunca pensó que al venir al país de sus sueños se encontraría con su peor pesadilla. En 2002 García, originaria de Morelia, Michoacán, cruzó ilegalmente la frontera por el desierto de Arizona. Casi le cuesta la vida atravesar la frontera sin poder tomar agua y sin comer. El coyote que los traía le dijo que sólo caminarían por dos horas, y esas dos horas se convirtieron en tres días. Ella tuvo que esperar tres días más en una casa desconocida en compañía de gente de muchas nacionalidades; cuando arribaron a esa casa los que estaban en su grupo llegaron tomando agua del contenedor de donde las vacas también tomaban.