A siete meses de la destrucción del huracán María, los puertorriqueños sienten su ciudadanía a medias

El año pasado nuestra isla del encanto, caracterizada por sus montañas vestidas de verde, su cielo azul y sus hermosas playas, se convirtió en lugar de escombros luego del paso del huracán María. María me enseñó que los huracanes no solo poseen la fuerza para arrasar ceibas y arrancar techos, sino que también tienen el poder de desenmascarar narrativas como las que he venido escuchando de mis colegas no-puertorriqueños aquí en los Estados Unidos. Narrativas que, al igual que el huracán María, han logrado exponer las raíces de un problema que lleva toda una vida presente en el territorio puertorriqueño. “But, Puerto Ricans are American citizens”, han repetido hasta el cansancio. Lo he oído tanto o quizá más que la canción “Despacito” cuando pegó en la radio el año pasado. Mientras muchos en la isla siguen en la oscuridad, del mismo modo le sigue tomando meses a mis colegas en comprender el significado de esa situación. Son mis colegas periodistas los que en realidad continúan a oscuras, sin entender las ramificaciones que tiene esta frase.