Con escuela y trabajo, jóvenes con síndrome de Down también son felices

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EL PASO — Suecia Carolle Berumen,17, como cualquier jóven de su edad diariamente asiste a la preparatoria, trabaja en una pizzería, disfruta de cantar, bailar, estudiar y trabajar.

Pero Berumen no es como cualquiera. Ella nació con síndrome de Down.

Todas las mañanas ella sale de su casa con la mejor actitud y llega a su escuela donde con puntualidad ella esta lista para poner en practica lo que aprende diariamente. Al salir de clases va a trabajar en una pizzeria cerca de la escuela.

“Se levanta todas las mañanas muy contenta. Le gusta mucho ir a la escuela, y cuando la llevan a trabajar a la pizza llega contándome lo que la pusieron a hacer”, dice su madre Carmen Berumen.

El derecho a un trabajo incluye no solo la oportunidad de un salario, sino de algo aun mas valioso, que es ser aceptado dentro de un entorno laboral el cual antes era visto como inaccesible para personas con discapacidades.

“Siento que al llevar a los niños con capacidades diferentes a un lugar donde puedan desarrollar una percepción de lo que es un trabajo, rebasa mis expectativas”, agrega la madre.

El síndrome de Down es un trastorno genético en el cual las personas tienen 47 cromosomas en lugar de 46, la copia extra altera el desarrollo normal del cuerpo y del cerebro ocasionando problemas físicos y mentales.

Según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, anualmente 3,357 bebes con síndrome de Down nacen en los Estados Unidos. En el mundo existen 6 millones de personas que vive con síndrome de Down.

Según Margarita Lou, la maestra de educación especial en Frankiln High School, las personas con capacidades diferentes cuentan con aptitudes para desempeñar trabajos rutinarios. Si tienen la oportunidad de acceder a una educación normalizada, al igual que a la integración a la sociedad, también deberían por lógica poder aspirar a una vida laboral tal y como las personas ordinarias, dijo Lou. Las personas con discapacidades cuentan con muchos perfiles profesionales para determinados empleos.

“El trabajo es un elemento importante para sentirse útiles, y el simple hecho de tener un reconocimiento por lograr un tipo de independencia. El incorporar a personas discapacitadas es un reconocimiento a su valor social, no solo una aceptación familiar, sino una aceptación en su comunidad. Estableciendo vínculos y amistades”, dijo Lou.

La Dra. Adria Belinda Berumen, directora de Pediatria en el Hospital de la Famiia dice, “una persona con síndrome de Down requiere de un tiempo mayor de aprendizaje a alguien que no tiene discapacidades, pero una vez adquirida la destreza ellos se muestran capaces de realizar cualquier tipo de tareas.”

“Buscamos darles una oportunidad para la capacitación de un trabajo laboral” dice la maestra.Lou. “Desarrollando la autodeterminación y los intereses de estas personas con capacidades diferentes y ver un poco mas allá de sus limitaciones es el principal objetivo”. agrego

Por su parte la preparatoria y la pizzería en conjunto están enfocados en capacitar e incorporar en sus tareas a personas con discapacidades. La mejor manera de crear conocimiento es simplemente la experiencia, al proporcionarles esta oportunidad ellos muestran que son capaces de realizar trabajos como cualquier otra persona.

Suecia no solo hace las cosas con gusto, sino ayuda en todo lo que puede, le gusta ensenar a sus compañeros como se hacen las cosas.“Una persona magnifica, graciosa e inteligente”, así la describen a Suecia sus compañeros.

Suecia y sus compañeros buscan romper las barreras y los prejuicios que representa tener una capacidad diferente ante una comunidad que desconoce el valor de la igualdad. Juntos la preparatoria y el restaurante están convencidos de que al capacitarlos les dan el derecho a trabajar.

En diciembre de 2011 la ONU (Organización Naciones Unidas) decidió crear el día mundial del Síndrome de Down designándolo el 21 de marzo.

Con esta celebración se busca aumentar la conciencia publica sobre las valiosas contribuciones que tienen hacia la sociedad las personas con esta discapacidad. Al igual que implementar la autonomía e independencia personal de estas personas de realizar una vida común. Alentando a los países para adoptar medidas en conciencia a los derechos, inclusión y bienestar de las personas con Síndrome de Down.

“Tenemos que reconocer a estos niños por todas las cosas buenas que tienen, por sus habilidades y no verlos por sus limitaciones”, dice la madre de Suecia.

“Cuando las personas con Síndrome de Down tienen la oportunidad de aprender y tener un potencial en su vida se desarrolla en ellos una autonomía que les proporciona un sentimiento de inclusión social”, comenta la profesora Lou.“Son tan alegres que contagian a todos con su alegría y energía.. Los chicos vienen a trabajar sabiendo que no es un juego, que tienen que hacer sus tareas, y que al final del día serán recompensados.”

Los jóvenes como Suecia que se encuentran en capacitación laboral por el momento, son llevados al limite de su capacidad, para que de esta manera puedan explotar lo máximo como personas con capacidades distintas.

“Les pagan con pizza y para ellos es el mejor sueldo”, mencionaron la madre y la maestra Lou.

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