Privatización de PEMEX

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CIUDAD JUAREZ — El 18 de Marzo de 1938, El presidente Lázaro Cárdenas anunció el decreto de expropiación de la industria petrolera. En un momento histórico para el país, el pueblo jubiloso espontáneamente donó para indemnizar a las empresas extranjeras.

La expropiación petrolera se dio gracias a los logros de la Revolución Mexicana. Estampados en la Constitución de 1917 en el artículo 27, en el cual se establece, entre otros, que es propiedad de la nación todo lo que esté en el subsuelo del territorio; y se faculta al gobierno a expropiar en caso de utilidad pública.

Pemex gasolinera

Si las cosas siguen así, pronto veremos gasolineras con logos de ExxonMobil, Shell, BP, Chevron. Photo credit: Gloria Aime Ramirez

Ahora el gobierno de Enrique Peña Nieto le da un golpe bajo a los mexicanos con la privatización de Petróleos Mexicanos (PEMEX). En una decisión aprobada por el Congreso que le pone fin a uno de los grandes logros de la Revolución Mexicana. Un logro que costó muchas vidas y la valentía de Lázaro Cárdenas, quien tuvo la visión de usar el petróleo para el desarrollo futuro de México. Y le permitió al país romper con el imperialismo y tener cierta independencia y desarrollo industrial. Alcanzando un crecimiento anual del 6% del Producto Interno Bruto (PIB) durante tres décadas en el periodo llamado “El Milagro Mexicano” de 1940-1970.

Los ingresos petroleros financiaron los proyectos de la nación. Desde el programa de sustitución de importaciones, hasta ser garantía de la deuda pública contraída para el rescate bancario de 1995.

Además PEMEX ha sido la principal fuente de divisas e ingresos fiscales del gobierno, aportando el 37 porciento del presupuesto. Desde 1994 la Secretaría de Hacienda ha absorbido la renta petrolera en su totalidad. Dinero que ha sido utilizado en educación, salud, y programas sociales.

En el futuro los cuantiosos recursos de Petróleos Mexicanos serán para los dueños de las trasnacionales petroleras y los políticos que por codicia vendieron el futuro de México.

Mientras tanto los mexicanos permanecemos inertes ante el gran robo del que somos objeto. Confundidos con la intensa campaña mediática que solo habla de abrir PEMEX a la inversión privada, sin pronunciar nunca la palabra privatización, y las falsas promesas de más empleos, electricidad y gas natural más baratos.

Existe un desconocimiento de lo que significa el petróleo en nuestra historia. Y de los intereses oscuros que están detrás de la privatización.

De acuerdo con el periodista Víctor Rodríguez Padilla, la táctica de los gobiernos neoliberales para privatizar es saquear las empresas, despojarlas, endeudarlas, y decir que las reservas petroleras se están agotando y que por lo tanto es necesario privatizar.

Así ha sucedido, PEMEX ha sido el botín del PRI y PAN. Durante el sexenio de Vicente Fox la paraestatal fue llevada deliberadamente a la quiebra técnica. Por un afán privatizador de Fox que continuó con Felipe Calderón y culminó con Enrique Peña Nieto.

Así lo afirma Roberto Morales Martínez, ex-subdirector de la Subdirección Técnica y Administrativa de PEMEX, en el capítulo Petróleos Mexicanos: quiebra económica, ¿real o inducida?, del libro PEMEX Presente y Futuro.

En este se que explica cómo fue que en el sexenio de Vicente Fox, la paraestatal fue endeudada mediante una excesiva carga fiscal, mayor a los ingresos percibidos.

Morales dice que en el período 2001-2005 PEMEX dio un resultado neto antes de impuestos de 1 billón 876,822 millones de pesos, pero se pagaron de impuestos 2 billones 086 789 millones, resultando en una pérdida de 209,964 millones de pesos.

Además para poner los números en rojo se agregaron “pasivos contingentes” de los trabajadores de PEMEX, que es lo que le costaría a la paraestatal indemnizarlos.

También se aumentaron los pasivos de la empresa por la contratación de una cuantiosa deuda por medio de Pidiregas (Proyectos de Impacto Diferido en el Registro del Gasto), y en la contratación de empresas privadas en los llamados “contratos de servicios múltiples”.

Los cuales se han prestado para malos manejos, como en el caso de las empresas Oceanografía y Evya protegidas desde Los Pinos por Fox y Calderón, ahora acusadas de fraudes millonarios a PEMEX y a la banca.

Durante el sexenio de Calderón y Peña Nieto se continuó con la misma política hacendaria de endeudar a Petróleos Mexicanos. Su trabajo ya dio frutos, de acuerdo con el periódico el Universal; en el primer trimestre del año PEMEX presento pérdidas por 69 mil 494 millones de pesos, las más altas en 20 años.

La mesa ya está puesta para la última estocada. En junio el Congreso aprobará las leyes secundarias de la reforma energética. Y con esto se abrirán las puertas a la depredación y el saqueo de nuestros recursos naturales.

Para Diego Valadés, ex-ministro de la Suprema Corte, la reforma energética es innecesaria y violatoria de la constitución. En una entrevista para la revista Proceso, señala que no había necesidad de modificar los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución que prácticamente están privatizando el petróleo.

Segun Valadés, bastaba con solo haber modificado el artículo 10 de la Ley de Asociaciones Público-Privadas para permitir la inversión privada en PEMEX sin ceder la propiedad de los hidrocarburos.

Con la reforma energética se está entregando la soberanía del país a manos extranjeras porque el gobierno pierde el control sobre las empresas petroleras. Y si surge alguna controversia, no va a ser presentada ante tribunales mexicanos si no extranjeros.

Además es un paso que no tiene regreso porque México pierde la facultad de expropiar. También se modifica el modelo del estado a un gobierno “pequeño, subsidiario, no intervencionista pero tampoco democrático”, según mencionó Diego Valdés. Un Estado sujeto a la voracidad de las corporaciones extranjeras y nacionales.

Por lo pronto, Vicente Fox ya se alista a participar como inversionista en el sector energético. Junto con otros políticos mexicanos como socios o cabilderos de corporaciones extranjeras como los ex-directores de PEMEX Jesús Reyes Heroles, Juan José Suárez Coppel y Pedro Aspe, entre otros.

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