Los roles de Muñoz, de directora a prostituta

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Marcela Muñoz personifica  Lizzy, una prostituta en la obra La Fula de Jean Paul Sartre. (Elio Leturia/Borderzine.com)

Marcela Muñoz personifica Lizzy, una prostituta de la obra “La Fulana Respetuosa” de Jean-Paul Sartre. (Elio Leturia/Borderzine.com)

CHICAGO — El reto de personificar diferentes roles en el teatro ha sido una constante en la vida de Marcela Muñoz. Ella es directora ejecutiva y co-directora artística de Aguijón Theater. Esta temporada protagoniza a Lizzie McKay en la obra “La Fulana Respetuosa”, a estrenarse el 14 de marzo.

Al ponerse el sombrero de co-directora artística de Aguijón, discute las piezas que se montarán durante la temporada, dirige montajes, planifica con anticipación las obras y conciertos que van a producir, las clases que van a dictar, asiste a reuniones y trabaja en propuestas para recaudar fondos para estos proyectos.

“Como en todos los teatros pequeños, nos toca a todos hacer de todo. En mi caso, como directora ejecutiva y co-directora artística, tengo que, además de concretar la programación anual del teatro, encargarme de lo que es el día a día del teatro”, dijo Muñoz.

“La Fulana Respetuosa”, escrita por Jean-Paul Sartre y dirigida por el cubano Sándor Menéndez, es una obra compleja que explora diversos conceptos distinguiéndola como intrigante y provocativa, explica Muñoz. Entre ellos se presentan las tensiones raciales que continúan existiendo hoy en día, las líneas invisibles entre racismo, misoginia, violencia, poder y abuso sexual.

A Muñoz no sólo le interesa dirigir obras sino también actuar. En “La Fulana Respetuosa” ella se convierte en Lizzie McKay, una prostituta blanca, que debate en acusar a un hombre negro de un crimen que no cometió. Muñoz confiesa que ese rol la ha desafiado y que al entrar en su personaje siente, a veces, como si estuviese atrapada cuando establece una poderosa conexión con el personaje.

“Un papel como el de Lizzie MacKay, tan exigente, me obliga a concentrarme en lo que es el trabajo del actor y eso me gusta. Como actriz me gusta entregarme a la visión de un director sin preocuparme por el montaje en general”, explica la artista.

Ella cuenta sentirse más tranquila, en algunos casos, de poder quitarse ese peso de encima, de no tener que trabajar en como se ve la obra total. Unas de los aspectos más interesantes de McKay es poder pasar por toda emoción humanamente posible: alegría, miedo, rabia, gozo, sorpresa, terror y desconcierto, lo cual es apasionante para Muñoz, quien interpreta este complejo personaje que nunca abandona el escenario.

“Yo prefiero la parte artística, es lo que me apasiona, pero sé que sin la otra parte de dirigir, no existimos y no crecemos”, dijo Muñoz, quien cuenta con una extensa carrera en las tablas.

A pesar de que Lizzie McKay no la pasa nada bien, Muñoz ha gozado mucho trabajar ese papel pues es una oportunidad de representar uno de los roles más complejos de la dramaturgia contemporánea.

Como actriz interpretando a McKay, Muñoz dice estar aprendiendo muchísimo, no sólo al desarrollar el personaje sino a analizar lo que ella significa en la sociedad. “Es un lujo y en este caso un reto para mí”.

La obra se estrena el 14 de marzo y va hasta el 13 de abril, viernes a domingo en Aguijón Theater, 2707 N. Laramie Ave. Para mayor información visite aguijontheater.org

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