Un conductor ebrio cambió dos vidas en un instante trágico

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La familia Soltero-Lara en pleno, celebrando que Desiree volviera a caminar. (Cortesía de la familia Soltero-Lara)

La familia Soltero-Lara en pleno, celebrando que Desiree volviera a caminar. De izquierda a derecha: Peter Soltero Jr. 17, Desiree Lara 19, Destiny Soltero 16, Peter Soltero 41 y Diana Lara, 40. (Cortesía de la familia Soltero-Lara)

La familia Soltero-Lara en pleno, celebrando que Desiree volviera a caminar. (Cortesía de la familia Soltero-Lara)

La familia Soltero-Lara en pleno, celebrando que Desiree volviera a caminar. De izquierda a derecha: Peter Soltero Jr. 17, Desiree Lara 19, Destiny Soltero 16, Peter Soltero 41 y Diana Lara, 40. (Cortesía de la familia Soltero-Lara)

EL PASO – Desiree Lara, 18, se divertía en la fiesta de un amigo muy conocido en Canutillo, Texas una noche de marzo de 2012, pasando la noche bailando al ritmo de música electrónica, cumbias, hip hop, tomando cerveza, tequila y otras bebidas preparadas.

Los padres de su amigo estaban fuera de la ciudad y el muchacho de 17 años decidió que era la noche perfecta para invitar a sus amigos a una fiesta con bebidas alcohólicas y hasta incluso contratar a un DJ.

Siguiendo los consejos de su madre de no manejar ebria, Lara le pidió a una amiga, Sarah Castillo, de 18 años, que la llevara a casa en su carro. Durante los próximos diez minutos sus vidas dieron un giro inesperado.

Mientras Lara y su amiga se iban de la fiesta, uno de sus mejores amigos, Nathan Ramírez de 18 años manejaba de regreso a la fiesta tras ir a dejar a su novia a su casa. Ramírez quien también iba tomado, perdió el control de su automóvil y se impactó de frente con el Acura TSX negro donde iban Lara y su amiga.

Eran las 3 a.m. y los tres jóvenes quedaron inconscientes y atrapados en sus carros por cerca de tres horas hasta que unidades de rescate, encontraron el lugar del accidente.

“Desde el accidente no creo jamás ser la misma porque cambió todo mi ser, desde la punta de mis pies hasta la punta de mi cabeza”, dijo Lara llorando.

Después del accidente, siguieron meses en el hospital, monitores, operaciones, doctores y terapia física para los tres adolescentes. El accidente le destrozó completamente la pelvis a Lara, y le partió las dos piernas. Por su condición precaria los doctores esperaron una semana para operarla. Ella pasó seis meses en terapia para aprender a caminar otra vez como un bebé.

La noche que se graduó de Canutillo High School un par de meses después del accidente, subió al escenario por su diploma en silla de ruedas con ayuda de su mamá. El vestido corto de color gris lleno de piedras brillantes que había comprado con mucha ilusión para su baile de graduación se quedó colgado en el closet de su cuarto, porque esa ilusión quedaría atrás después de este catastrófico accidente.

“Un recuerdo que realmente me  puso triste, fue que yo anhelaba desde que yo era muy pequeña ser reina de mi fiesta de graduación, desde meses antes estuve preparando todo para la campaña electoral, y sin yo saber todo quedó (sic) congelado en una esquina.”

Por lo mismo, tampoco pudo asistir a la universidad de Johnson & Wales en Denver, Colorado.  Y realizar su sueño de ser un día una estilista de moda porque ella se miraba en el mundo de la moda.

El accidente también cambió la vida de Ramírez.

Calvin Zielsdorf, 30, paramédico de El Departamente de Bomberos de El Paso, considera que es muy alarmante que los jóvenes no tomen en serio el peligro de conducir intoxicados. (Estefany Galindo/Borderzine.com)

Calvin Zielsdorf, 30, paramédico de El Departamente de Bomberos de El Paso, considera que es muy alarmante que los jóvenes no tomen en serio el peligro de conducir intoxicados. (Estefany Galindo/Borderzine.com)

Los paramédicos lo encontraron en su carro con los intestinos y vísceras fuera de su cuerpo después del impacto. El muchacho pasó cuatro meses en la Unidad de Cuidado Intensivo (UCI), perdió completamente su recto y por el resto de su vida quedará con una colostomía.

Pero al salir del hospital una orden de la corte lo esperaba ya que Ramírez fue declarado culpable mayoritario del suceso. Al ser menor de edad, conducir intoxicado un automóvil del que no era dueño, y por causar un accidente casi fatal, él recibió más de tres cargos en su contra.

“Honestamente si pudiera retroceder el tiempo lo haría inmediatamente porque parece como si estoy en una pesadilla que quiero salir y no puedo”, dijo Ramírez.

De acuerdo al Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) personas entre 12 y 20 años de edad consumen el 11 por ciento de todo el alcohol que es consumido en los Estados Unidos.

Para Calvin Zielsdorf, un paramédico y bombero del Departamento de Bomberos de El Paso, lo más alarmante del problema es que la gente joven no toma el peligro en serio.

“Muchos creen que no causaran ningún peligro ya que manejan una distancia corta, en otras palabras se creen un superhéroe”, dijo Zielsdorf quien comentó que la mayoría de las llamadas que atienden son relacionadas con accidentes a causa del alcohol.

El Capitán del Departamento de Bomberos de El Paso, Mike Jordan, dice que es difícil tratar con jóvenes intoxicados cuando llegan las ambulancias a auxiliarlos.

“Todavía pelean para que los dejen ir cuando ni pueden valerse por sí mismos. Nos califican como exagerados y dicen que ellos pueden manejar”, dijo Jordan.

La madre de Desiree, Diana Lara, recuerda que se preocupaba porque sabía que su hija tomaba alcohol aunque era menor de 21 años pero siempre le aconsejaba que si iba a ingerir alcohol, tomara un taxi o asignara a otra persona que no había tomado para conducir.

“Aunque tu sigas las reglas, no sabes si los demás las seguirán recuerda que siempre hay peligro”, dijo Diana Lara de 47 años.

Su hija tomó su consejo pero no esperaba que un conductor ebrio las fuera a chocar.

Desiree Lara y su hermano, Peter Soltero Jr., posan junto a su auto nuevo. (Estefany Galindo/Borderzine.com)

Desiree Lara y su hermano, Peter Soltero Jr., posan junto a su auto nuevo. (Estefany Galindo/Borderzine.com)

Después de todo lo que ella ha sufrido, Lara enfatiza la importancia de siempre usar el cinturón de seguridad y no tomar y manejar. Tristemente aprendió y realmente valoró lo que su madre le decía.

Esto no solo le impactó a ella, también moldeó la vida de su familia. Tuvieron que acomodar su vida alrededor de sus cuidados porque necesitaba ayuda al caminar, ir al baño, comer, bañarse, y su papá tuvo que transferir su trabajo de la cuidad de Deming a Santa Teresa para poder ayudar a su esposa con los cuidados de Lara.

“Toma decisiones buenas porque al final solo te lastimas a ti mismo y por favor no tomes intoxicado porque lastimas a mucha gente inocente y afecta tu futuro, presente totalmente”, dijo Lara.

Cuando Ramírez llevó a su novia a casa él iba tomado.

En el estado de Texas, 32.2 por ciento de los estudiantes de la preparatoria han sido pasajeros en un carro con alguien que había estado consumiendo alcohol, según una encuesta de CDC.

Según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo, anualmente, alrededor de 5,000 jóvenes menores de 21 años mueren a causa de accidentes de vehículos de motor, otras lesiones no intencionales, homicidios y suicidios que implican consumo de alcohol.

Aunque ninguno de ellos murió, lo que más le duele a Ramírez es haber lastimado a Lara, su mejor amiga.

“Hasta el día de hoy, las heridas exteriores que me dejó el accidente ya no me importan realmente he sabido vivir con mis consecuencias, pero lo que no me perdono es haber perdido a mi ‘hermana’ Desiree… hasta ahora ella no me quiere ver.”

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