12. Antígona González de Sara Uribe

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Antígona González. Sara Uribe. México: Surplus ediciones, 2012.

Antígona González. Sara Uribe. México: Surplus ediciones, 2012.

50 LIBROS/ 50 BOOKS: Mujeres y sus historias. 

“Aquí todos somos limbo.”
Sara Uribe

EL PASO – En un país donde la violencia se vuelve el sistema operativo, en un país donde amanecen cadáveres de civiles en las primeras planas de los periódicos, en un país que es más estado de sitio que otra cosa no es de asombrarse que los autores vuelvan los ojos a la tragedia griega o hacia autores que también lo han hecho. Este es el caso de Sara Uribe quien toma en sus manos a la figura de Antígona y la coloca en un tablero actual para hablar de una tragedia real; Antígona González nos muestra la historia de un hombre que un día subió a un camión y simplemente ya no volvió a casa, un hombre que se volvió cuerpo sin vida, un hombre que se volvió desaparecido y que es buscado por su hermana: “Me llamo Antígona González y busco entre los muertos el cadáver de mi hermano”. (13).

Antígona González. Sara Uribe. México: Surplus ediciones, 2012.

Antígona González. Sara Uribe. México: Surplus ediciones, 2012.

La autora crea una obra de referentes perfectamente reconocibles en nuestra sociedad: Antígona y Polínices son respectivamente Sara y Tadeo, ella la hermana que busca, él el hermano que ha sido asesinado. Una busca el cuerpo del Otro a pesar de lo que opinen: “¿cómo no voy a buscar a mi hermano? Díganmelo ustedes ¿Cómo no voy a exigir su cuerpo siquiera para enterrarlo? ¿Cómo voy a dormir tranquila pensando en que puede estar en un barranco, en un solar baldío, en una brecha?” (23)

Esta es la búsqueda de un cuerpo, de uno de tantos cuerpos perdidos en esta larga guerra en México. Obra escrita por encargo y estrenada en abril de 2012 en Tampico, Tamaulipas, Antígona González, dice su autora, es “una pieza conceptual basada en la apropiación, intervención y reescritura”. (103) Y es que en ella se escucha el eco de la Antígona de Sófocles y el eco de las Antígonas que otros autores han reescrito a lo largo de los años, desde la Antígona Furiosa de la argentina Griselda Gambaro hasta El grito de Antígona de Judith Butler pasando por otras Antígonas que se perdieron con el tiempo y que también surgieron para usar la voz de Antígona para exhibir el dolor de una muerte así: inexplicable, violenta.

“¿Justicia? ¿Que si espero que se haga justicia? ¿En este país? Qué más quisiera yo que los responsables de que no estés aquí purgaran su condena. Pero, ¿sabes? Lo desearía para que estando ahí en la cárcel no pudieran hacer daño a nadie más o al menos les fuera más difícil. Pero si me preguntas que si con eso consideraría saldada tu pérdida la respuesta es no.” (58).

Este es un ensayo y una obra y una novela y un poemario y una investigación, es escritura y reescritura, es un brutalmente honesto activismo literario que invita a reflexionar más sobre nuestro papel en sociedad, la de Uribe es la lírica de la desesperanza. La autora recurre a las más interesantes –e inquietantes– fuentes de información sobre los desaparecidos en México: “Reynosa, Tamaulipas. 18 de abril. El cuerpo de un hombre de entre 25 y 30 años fue encontrado a orillas del libramiento que conduce al puente Reynosa-Mission.” (54) Pareciera que las otras Antígonas, los testimonios y los artículos de Sanjuana Martínez y el proyecto colectivo Menos días aquí se unen a la voz de Sara para preguntarle al lector “¿Me ayudarás a levantar el cadáver?” (101).

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