La Oveja – Un lugar perfecto para revivir las buenas costumbres

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Restaurante La Oveja, de Carlos Castillo. (Raymundo Aguirre/Borderzine.com)

Restaurante La Oveja, de Carlos Castillo. (Raymundo Aguirre/Borderzine.com)

De boca en boca

EL PASO – La Oveja es un nuevo restaurante en el centro de la ciudad (414 E San Antonio), con un estilo muy español, propiedad de Carlos Castillo, amable y experimentado restaurantero que hasta hace unos meses administraba su conocido restaurante El Madroño en Juárez.

Restaurante La Oveja, de Carlos Castillo. (Raymundo Aguirre/Borderzine.com)

Restaurante La Oveja, de Carlos Castillo. (Raymundo Aguirre/Borderzine.com)

La Oveja es un lugar de buen tamaño –caben 100 personas– sin embargo, su atmósfera a media luz, con motivos de madera, piedra de río en una de las paredes, sus lámparas de hierro y decoración taurina, da la impresión de ser más pequeño. La entrada es abierta, junto a un pequeño escenario para que músicos o bailarines entretengan a los visitantes. Al fondo está la barra, con su cava de vinos y su cocina, que nos comentan será complementada en unos días por un refrigerador-aparador donde se ofrecerán carnes frías y quesos españoles en charolas, y comida para llevar.

Carlos inició su aventura gastronómica después de haber terminado su carrera de contaduría, se fue a estudiar una maestría en finanzas a España (Madrid) y la nostalgia por la comida mexicana lo llevó a aprender a cocinar sus platillos favoritos (menos los chiles rellenos, esos nunca le salieron), y el hecho de que su departamento estuviera ubicado cerca de los lugares de encuentro de los amigos facilitó aún más su experiencia de atender grupos que deseaban comer algo y disfrutar de un buen vino antes de emprender “la marcha”.

Eran los buenos tiempos, a su regreso empezó a trabajar en empresas ejerciendo su carrera, pero después de año y medio se dio cuenta que eso de ser empleado no era lo suyo, que si iba a trabajar tanto para generar ingresos, mejor abría su propio negocio y era su propio jefe, después de analizar sus opciones, decidió dedicarse a lo que más le gustaba y además le parecía que sería bastante sencillo: un restaurante-bar de comida española, en el que introduciría el concepto de tapas y viandas –según la preferencia de los clientes– en la ciudad, donde todos se sintieran cómodos. Es así como dan inicio las “reuniones de los jueves”, donde invitaba a sus amigos a su casa para que probaran distintos platillos que definirían el menú de su restaurante, el resto iba a ser una barra internacional especializada en vinos y cervezas españolas, con un ambiente que invitara a convivir y mantener largas conversaciones…

La atmósfera de La Oveja es acogedora gracias a la decoració en madera. (Raymundo Aguirre/Borderzine.com)

La atmósfera de La Oveja es acogedora gracias a la decoració en madera. (Raymundo Aguirre/Borderzine.com)

Después de un año de batallar con el negocio que resultó ser todo menos sencillo, y sobrevivir todo ese tiempo con lo que generaba anteriormente en un mes, finalmente logró afinar su concepto y de ahí en adelante El Madroño se convirtió en un lugar muy agradable, con buena comida, en fin, un perfecto espacio para reunirse con los amigos, rodeados de buena música.

Algo divertido de ese primer restaurante era que tenía mesas tipo bancas que sentaban a seis personas, el problema era que regularmente el que llegaba ya no se iba, así que una pareja podía quedarse con el espacio toda la noche y un grupo de cuatro se tenía que ir porque no había lugar, ya con el tiempo se empezó a popularizar sentar a desconocidos a compartir la misma mesa, resultando en muchas historias de amistades nacidas después de una noche en el Madroño.

En 2009, surge la oportunidad de abrir una sucursal en la parte nueva de la ciudad, con gran éxito, pero es también la época en que la violencia llega a Juárez, afectando fuertemente a los restaurantes, primero cerró el restaurante original y el segundo se mantuvo durante un tiempo, más grande y mejor planeado, con un chef sensacional, menú amplísimo, hasta que la situación no dio para más. Afortunadamente, no hubo tragedias que contar y es la economía que obliga a cerrar.

En 2011 empieza el interés por abrir un lugar similar en El Paso, pero con algunas diferencias, la primera es que ahora servirá cerveza y vino solamente, y el nombre, de ahora en adelante será La Oveja, para continuar con el tema campirano español.

En julio encuentra el lugar e inicia la remodelación, con una pared cubierta de piedra de río que extrañamente da una sensación de calidez, un techo sencillo, un piso oxidado y lámparas que parecen velas con herrajes.

La cava de vinos ofrece una buena selección de vinos. (Raymundo Aguirre/Borderzine.com)

La cava de vinos ofrece una buena selección de vinos. (Raymundo Aguirre/Borderzine.com)

El menú de La Oveja es amplio y tradicional: pulpos a la gallega, patatas bravas, el delicioso mosaico de verduras a la parrilla rociadas con buen aceite de oliva español, unos mejillones rellenos de antología y el famoso arroz La Oveja, sin olvidar la tradicional paella. También sirven platos de quesos y carnes frías, los vinos de la casa son bastante buenos y los precios muy accesibles, se saborea el gusto por agradar y la calidad de los ingredientes, con este menú entendemos porqué es mejor pedir tapas y poder probar de todo.

Los fines de semana tienen música en vivo, pero la verdad es que la música grabada que se escucha en las bocinas mientras platico con Carlos dan ganas de traer un mp3 la próxima visita, la variedad y calidad de las melodías es maravillosa, puede uno reconocer a algunos cantantes pero en versiones desconocidas, fabuloso en verdad.

La Oveja llegó para quedarse, la comida es buenísima, los vinos de calidad y los precios inmejorables, los invito a que vengan a disfrutar de una costumbre un poco olvidada por las nuevas generaciones: reunirse con los amigos para conversar, compartir el pan y el vino, escuchar buena música, sin prisas….

Cuestionario:

Borderzine: ¿Inspiración indispensable para cocinar?

Patatas bravas. (Raymundo Aguirre/Borderzine.com)

Patatas bravas. (Raymundo Aguirre/Borderzine.com)

Carlos Castillo: La compañía.

B: ¿Platillo favorito de siempre?

CC: Tacos de pata (¡!)

B: ¿Platillo favorito actual?

CC: Mosaico.

B: ¿Características básicas de la cocina?

CC: Lugar para la paellera.

B: ¿Ingrediente que no puede faltar?

CC: Ajo.

B: ¿Persona o posición más importante en el restaurante?

CC: El chef.

B: ¿Qué trae el futuro?

CC: Comida para llevar, refrigerador para vender carnes y quesos.

B: ¿Cuál fue la postura familiar ante tu decisión de ser restaurantero?

CC: Papá no podía procesar que prefiriera esto a un sueldo fijo sentado en un escritorio, ahora ya está contento, tengo un tío restaurantero que siempre me apoyó.

B: ¿Lo que más disfrutas cuando estás cocinando?

CC: Comer el resultado final.

(Raymundo Aguirre/Borderzine.com)

Pimientos rellenos. (Raymundo Aguirre/Borderzine.com)

B: ¿Cuál es tu pasión por la cocina, en particular…?

CC: El puerco

B: ¿Técnica de cocina favorita?

CC: Hornear.

B: ¿Mejor restaurante que has visitado?

CC: Martino’s en Juárez.

B: ¿Mejor platillo que has comido?

CC: Vieiras (un tipo de ostión) gallegas en casa de un amigo, lo mejor…

(Raymundo Aguirre/Borderzine.com)

Ensalada de la casa. (Raymundo Aguirre/Borderzine.com)

B: ¿Chef que más admiras?

CC: Julia Child.

B: ¿Dónde quieres estar dentro de 10 años?

CC: Aquí, con algunas sucursales…

B: ¿Especies favoritas?

CC: Azafrán, sal gruesa.

B: ¿Inspiración para el menú?

CC: España.

B: ¿Características especiales del restaurante?

CC: Español, para compartir, sin poses.

B: ¿Cuál fue el primer platillo que preparaste, el que te hizo pensar que podías dedicarte a esto toda la vida?

CC: Cordero al horno.

B: ¿Comida de fiesta?

CC: Paella.

B: ¿Qué rasgos no pueden faltar en un chef?

CC: Limpieza y organización.

B: ¿Qué mensaje quieres enviar a tus clientes?

CC: Que le den una oportunidad a las tapas, vengan a probar, a relajarse, pasar un largo rato probando platillos y buenos vinos.

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