El periodismo hoy: el oficio de pulir huesos

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EL PASO, Texas — En el Museo de la Universidad de Texas en El Paso se inauguró recientemente “Las otras batallas” una exhibición que ofrece el trabajo de un grupo de fotoperiodistas de El Diario de Juárez. Es imposible recorrerla sin sentir un escalofrío, sin ponerse a pensar que esa imagen que está ahí es una estampa del realismo más crudo. Es imposible ver cada una de esas fotos sin pensar que quien lanzó el clic es prácticamente un héroe.

Octavio Paz escribió una vez “Hablar mientras otros trabajan es pulir huesos”. Esas líneas me hacen pensar cómo, en los últimos años, para un periodista trabajar se ha vuelto una forma de pulir huesos.

El reportero de este territorio tiene que mirar de frente el terror que habita las calles y tomar nota. El fotoperiodista le busca un ángulo. Ambos, observan el cuerpo mismo de la violencia y hacen de él un recuento diario porque, si no lo hacen ellos, ¿quién?

El periodismo, el verdadero periodismo, toma nota del mecanismo del miedo, disecciona los cuerpos que han quedado a las orillas de la ciudad. De pronto, la gramática toda está en función del dolor ajeno que es también el propio. Sustantivos y verbos recrean el estado de sitio en el que vivimos.

En la presentación de estas fotografías se mencionó el nombre del más joven de los fotógrafos quien apenas el 16 de septiembre perdió la vida mientras hacía, precisamente, su trabajo. Luis Carlos Santiago se suma a los muchos otros periodistas que han sido amenazados, golpeados, secuestrados y asesinados en manos de un fantasma que cada día gana más terreno.

Pienso que mientras el trabajo de unos es pulir huesos a través del texto y la foto, el mío es aprender a vivir sin miedo, dejar de temerle a ese cuerpo que invencible nos quiere caer encima.

One thought on “El periodismo hoy: el oficio de pulir huesos

  1. Hola Sylvia. Excelente impresión que nos otorgas ya que parece estamos en la exposición que describes, al leer tu narrativa. En mi opinión, siempre habrá que tenerle un grado de temor a ese fantasma sin rostro pero con un brazo y una mano desgarradora que parece nunca descansar. Ya que a lo que le tememos, siempre intentamos atacarlo o evitarlo.. en cambio al no temerle, lo podriamos llegar a aceptar o vivir con el como parte de nuestra vida. Confío en Dios y en el orden del universo, que esta situación pase pronto, y el reacomodo que cause, por mas dolor que presente, sea para mejorar nuestro rumbo. Un abrazo.

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