Consecuencias sociales de la guerra contra las drogas

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EL PASO — A pesar de la constante lucha que se vive contra el narcotráfico día a día en nuestra frontera, es necesario dejar a un lado el tema de la violencia para atender las tristes historias que rodean a millones de familias con al menos un miembro de éstas involucrados en el abuso de drogas.

“Uno de cada siete niños en nuestros salones de clases tiene un padre bajo libertad condicional o encarcelado por abuso de sustancias o algo similar”, dijo preocupada Carolyn Esparza, fundadora y directora ejecutiva de Community Solutions of El Paso.

Eric C. Schneider, Michael Agar, H. Westley Clarke y Josiah Heyman panelistas que discutieron las consecuencias sociales de las drogas. (Ana G. Monsalvo/Borderzine.com)

Eric C. Schneider, Michael Agar, H. Westley Clarke y Josiah Heyman panelistas que discutieron las consecuencias sociales de las drogas. (Ana G. Monsalvo/Borderzine.com)

En el segundo día de la tan esperada conferencia “U.S. War on Drugs”, se llevó acabo un panel enfocado en las consecuencias sociales de la guerra en contra de las drogas en el Teatro Plaza de la ciudad de El Paso, donde el tema principal fueron historias de gente real sufriendo a causa de los estragos del abuso de alguna sustancia tóxica.

Entre los panelistas se encontraba Esparza, quien es parte de una organización dedicada a dar apoyo a los niños y familias de prisioneros y expresa su gran interés en los pequeños ya que son el futuro de la sociedad.

La mayoría de las escuelas, según Esparza, ignoran estas cifras ya que no se les da la atención adecuada para que los niños sientan la confianza de hablar. Al no ser tratados apropiadamente, suelen reflejar su frustración con mal comportamiento, no cumpliendo con las tareas o agrediendo a maestros, lo que los lleva a escuelas alternativas que se vuelven lugares perfectos para aprender a ser drogadictos y miembros de pandillas.

Por otro lado, la consejera profesional que tiene más de 30 años de experiencia asesorando y administrando organizaciones de servicio social, mencionó que otro de los mayores problemas son los drogadictos que son enjuiciados y encarcelados por robos, asaltos u otras actividades ilegales pero no por su adicción. Por lo mismo, estas personas al terminar su lapso de castigo en la cárcel, salen sin recibir un tratamiento adecuado para su problema, lo que conlleva a que recaigan fácilmente.

Las familias afectadas, agrega Esparza, se sienten frustradas una y otra vez, por lo que ella en conjunto con su organización, les ofrecen un lugar social donde puedan hablar de sus problemas y preocupaciones, al igual que darles actividades a los niños y ayudarlos a no seguir el mismo patrón.

Al igual que a Esparza, a Michael Agar le preocupa más “mirar a el futuro para intentar crear algunas otras alternativas a los programas de tratamiento, prevención y educación que ahora tenemos”.

“Yo también soy juarense”, dijo el historiador y antropólogo quien ha trabajado como investigador y consejero de programas y políticas en el área de la droga desde 1968.

Agar agradeció de una manera muy especial el haber sido invitado a ser parte del panel, y expresó su interés por crear más programas comunitarios o mejorar los que ya se tienen, puesto que es menos costoso que los programas de asistencia forzada ofrecidos por el gobierno.

Otro de los panelistas invitados fue el Dr. Westley Clark, director del Centro para el Tratamiento del Abuso de Sustancias (Center of Substance Abuse Treatment), quien expuso gran cantidad de estadísticas que reflejan el aumento del consumo de drogas, y reflejan que la marihuana sigue siendo una de las drogas preferidas.

Clark también habló de como el abuso de sustancias afecta la calidad de vida, la percepción del entorno, el comportamiento de los individuos y el proceso para pensar adecuadamente, y que a pesar de que hay personas afectadas mentalmente, éstas no reciben el tratamiento apropiado por no ser evidente como un problema físico.

En términos de estadísticas, dijo que de 23 millones de adictos ya sea al alcohol o a drogas ilícitas, tan sólo 2.3 millones de éstos, recibieron tratamiento médico y del 20.8 millones restantes, 19 millones creyeron no necesitar tratamiento.

En la conferencia también se habló sobre el mercado negro. Eric Schneider, Director Asociado para Asuntos Académicos en la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad de Pensilvania, habló desde su perspectiva urbanista.

“Es en el centro urbano donde el mercado negro se convierte en real”, dijo Schneider.

Mencionó varias características de estos centros de distribución de droga y dijo que la mayoría son edificios abandonados que permiten trabajar en el anonimato. Al mismo tiempo, dijo que la gran mayoría de las personas que se encuentran en estos lugares son personas que buscan una manera fácil de tener un ingreso, por lo que en las zonas más pobres de la ciudad proliferan estos lugares.

Schneider apoyó el hecho de que en estos momentos es muy importante ofrecer tratamiento médico y programas para la prevención del abuso de substancias ilícitas.

Uno de los sorprendidos con dichas estadísticas fue el Profesor Patrick Henry Smith quien imparte clases desde hace un mes y medio en la Universidad de Texas en El Paso en el área de educación. Smith, quien cuenta con la doble nacionalidad (Mexicana y Americana) acaba de llegar a la ciudad en busca de responder sus preguntas sobre la gente de origen mexicano.

Smith dijo haber acudido a la conferencia con el fin de aprender sobre la frontera, las colonias en El Paso y el efecto que tiene la violencia en México puesto que tiene pensado un proyecto para mejorar el nivel de comunicación entre los padres de familia y las escuelas en esas colonias.

Al terminar la conferencia, Smith expresó con gran sorpresa su inquietud ante la cifra de niños que tienen familiares bajo libertad condicional o en prisión.

“Nunca había escuchado sobre este hecho. Me gustaría pensar un poco más acerca de eso”, dijo Smith agregando que investigaría de una manera más específica para identificar las áreas donde se necesita recibir más ayuda.

Los panelistas coinciden en que el fenómeno del narcotráfico estremece día con día a la sociedad y a sus gobiernos no sólo con el impacto de la violencia, sino también con el problema de salud que representan los adictos. Asimismo, coinciden en que los gobiernos deben de poner énfasis en ofrecer programas más agresivos tanto para la prevención del consumo de drogas como para su tratamiento.

One thought on “Consecuencias sociales de la guerra contra las drogas

  1. Ana Gabriela soy Pedro espero me recuerdes
    Se me hizo un articulo muy interesante, resulto de mi total interés creo que debido a la ola de violencia que se vive en CD. Juárez, muchas personas dejamos de lado el tema de los consumidores de sustancias ilícitas ya que la violencia misma abarca mayormente los espacios de información, pero la realidad es que los números son verdaderamente alarmantes, recientemente las autoridades Mexicanas comunicaron que en un periodo de tiempo corto se han incrementado los casos de drogadicción en un porcentaje significativo y que además personas con menor edad la comienzan a consumir, por lo que muestra que carecemos de programas adecuados de rehabilitación y prevención de adicciones.
    Es necesario como lo mencionas en el artículo hacer especial énfasis en la niñez, en su formación integral, ya que tristemente ellos son los que sufren los mayores estragos.
    Coincido que es necesaria la implementación de programas de rehabilitación con personas capacitadas en el tema, ya que por solo mencionar algún ejemplo el mismo Cereso carece de programas de readaptación social para ayudar a los internos a recuperarse o simplemente no son efectivos.
    Es un problema complejo ya que si consideramos la facilidad que se tiene para conseguir la droga y la falta de programas de apoyo esto seguirá siendo un problema de salud trascendental.
    Saludos, que tengas buen día

    Te dejo mi correo electrónico por si existiera la posibilidad de asistir a este tipo de eventos, me gustaría mucho.

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